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Obama seguirá pujando por su plan de empleo

La subida de impuestos a los más ricos enroca a los republicanos

ISABEL PIQUER

Obama apenas se inmutó cuando el Senado estadounidense rechazó el pasado martes por la noche el plan de empleo con el que esperaba marcar la agenda legislativa del otoño. Era una derrota cantada debido a la oposición de los republicanos, que rechazan tajantemente subir los impuestos a los más ricos. La Casa Blanca no se da por vencida y seguirá pujando por su aprobación, aunque tenga que trocearlo en varias leyes.

No sólo fueron los republicanos: dos senadores demócratas que se enfrentan a una difícil reelección, en Nebraska y Montana, también se desmarcaron del plan, que fue rechazado por 50 votos en contra y 49 a favor. Desde que Obama decidiera incluir sendas subidas de impuestos al sector más favorecido de la población, su plan de empleo estaba condenado al fracaso en el actual clima político en Washington. Si la propuesta inicial despertó escaso entusiasmo entre los conservadores, la idea de tasar a los más ricos despertó su ira.

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El American Jobs Act pretende inyectar 447.000 millones de dólares en la economía, ampliando los descuentos fiscales a empresas y particulares y poniendo en marcha un ambicioso programa de obras públicas y ayudas a los estados, para dar trabajo a algunos de los 14 millones de parados. El plan también incluye la llamada ley Buffett, que obliga a los que ingresaran más de un millón de dólares al año a pagar el mismo porcentaje que el estadounidense medio.

Obama dijo que la votación no era el final de la lucha por aprobar la medida. Acusó a los republicanos de obstruir la iniciativa y dijo que trabajaría con el líder de la mayoría del Senado, el demócrata Harry Reid, para asegurarse de que el proyecto se vote lo antes posible. 'El pueblo estadounidense no va a aceptar un no por respuesta. Es hora de que el Congreso cumpla su responsabilidad y tome medi-das sobre el empleo', declaró.

La Casa Blanca tiene previsto pasar la ley por trozos, en lo que se anuncia como otra batalla campal entre demócratas y republicanos, aunque estos últimos se han mostrado dispuestos a cooperar. Desafortunadamente, intentos de compromiso bipartidista se han saldado con un rotundo fracaso en el pasado, más aún en precampaña electoral. 'Los republicanos piensan que si la economía mejora, eso ayudará a Obama' en las elecciones, dijo Harry Reid, 'así que hacen lo posible para que la economía siga estancada'.

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