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La odisea de la píldora postcoital

En seis comunidades autónomas la pastilla no está financiada y hay que pagar 20 euros.

SUSANA HIDALGO

Un bote para 'donaciones' precede la entrada del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de Madrid, que receta la píldora postcoital, que previene el embarazo y que hay que tomar en las 72 horas posteriores a una relación sexual sin protección o cuando ha fallado el método anticonceptivo. El Centro Joven, gestionado por la ONG Asociación de Planificación Familiar de Madrid, pide donaciones porque no tiene dinero. El Ayuntamiento de Madrid les retiró hace unos meses una subvención anual que recibían de 24.000 euros y el Consistorio de Parla les debe otros 44.000. 'Hemos tenido que cerrar los fines de semana, cuando más usuarias teníamos, y vamos a tener que restringir nuestro horario a diario', explica Concha Martín, directora del centro.

El Centro Joven atendió el año pasado a 7.332 usuarias, de las que el 5,8% eran menores de 17 años de edad. En general, el 63% de las mujeres que han tomado alguna vez la píldora del día después lo hicieron con menos de 24 años. Además, el número de la venta de pastillas va en aumento: en 2001 se vendieron en España 144.000; en 2003, 317.000; y en 2005, 400.000.

La edad media de inicio en el sexo en España está en los 17 años. El debate sobre los adolescentes y las relaciones sexuales se ha reavivado porque el Ministerio de Igualdad ha propuesto que las chicas de 16 años puedan abortar sin pedir permiso a los padres. 'También lo son para tomar la píldora del día después. Tienen madurez, entienden los riesgos, el alcance que tiene un aborto o usar un método anticonceptivo', explica Isabel Serrano, ginecóloga y presidenta de la Federación de Planificación Familiar Estatal.

Pero si la charla o el preservativo fallan, hay que poner remedio, y las adolescentes son las más afectadas a la hora de dar vueltas para encontrar la píldora del día después. 'Son más vulnerables a sentirse intimidadas si reciben un no por respuesta y son las más afectadas por el alto precio de la pastilla: una media de 20 euros', sostiene Serrano.

Tener más o menos suerte a la hora de conseguir la píldora postcoital depende directamente de la Comunidad Autónoma, del Ayuntamiento, del centro de salud o del farmaceútico que atienda en la venta. La píldora la prescriben los médicos de los centros de salud, de urgencias o de los centros de planificación familiar. Una afectada puede conseguir la receta, pero verse frenada a la hora de conseguirla porque hay farmacéuticos que no la venden por motivos éticos.

La píldora no está incluida entre las prestaciones farmacéuticas del Sistema Nacional de Salud, así que depende de que la comunidad autónoma financie o no su venta. Para la Federación de Planificación Familiar Estatal, las comunidades donde es más fácil conseguirla son Cantabria y Andalucía. Esta última fue, en 2001, la primera en garantizar el acceso a este medicamento sin restricciones y gratis.En Canarias, La Rioja, Murcia, Castilla-La Mancha, País Valenciano y Madrid hay que pagar por ella.

Otra de las comunidades avanzadas es Catalunya, donde todos los servicios de urgencia de los centros hospitalarios, así como los Centros de Atención Primaria (CAP) tienen la obligación de proporcionarla a las usuarias que lo deseen, informa Lea delPozo. En esta comunidad, como en el resto, los médicos tienen el derecho de declararse objetores; los centros médicos, sin embargo, no.

Del otro lado, donde es más difícil conseguir la pastilla, es en Madrid y Murcia. 'También hay que hacer una especial referencia a las chicas que viven en pueblos', alerta Serrano. Y, sobre todo, falta que las adolescentes dejen de escuchar eso de: 'Vete a buscar la pastilla a otro lado'.

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