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Entre olivos: un paseo por la ruta del oleoturismo de Mallorca

El paisaje rural de Mallorca está ligado desde hace siglos a los olivares y al apreciado producto que de ellos se obtiene. Una serie de actividades vinculadas al universo del Aceite de Mallorca ofrecen al visitante gastronomía, visitas a alm

CARMEN V. VALIÑA

El olivo llegó a Mallorca hace más de dos milenios. De tiempos tan antiguos nos han quedado, además de un aceite con su propia denominación de origen, verdaderos museos al aire libre compuestos por olivos de formas caprichosas que no dejarán indiferente a quien los contempla. Entre sus troncos fantasiosos no resulta difícil echar a volar la imaginación.

De entre los muchos olivos milenarios esparcidos por todo el campo mallorquín, son muchos los que tienen nombre propio, y cuatro de ellos sobresalen por encima del resto por su especial valor: Es Camell, Na Flamarades (con sus espectaculares llamas), Sa Madona des Barranc y el olivo de Cort, que fue trasladado hace un par de décadas desde una finca de Pollença hasta la capital, Palma; justo delante del consistorio de esta ciudad, el olivo de Cort sorprende al viajero por las caprichosas formas de su tronco, en las que se pueden adivinar desde una oreja hasta la cara de un cabezudo. Sólo se trata de jugar un poco a las adivinanzas.

Si se quiere incrementar la experiencia y conocer algún olivar especialmente atractivo, tres recomendaciones muy concretas: el barranco de Biniaraix, Sa Tanca de s'Atzeroler y el olivar de Coma-sema. El primero es un típico olivar de montaña con árboles centenarios en terrenos de plantación irregular, sobre pequeñas parcelas de multipropiedad y un sendero jalonado por variados ejemplos de arquitectura tradicional mallorquina, desde puentes hasta fuentes y bancales. Su importancia queda patente en el hecho de que fue reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC).

Por su parte, para visitar Sa Font Garrover, donde se encuentra el olivar de Sa Tanca de s'Atzeroler, es necesario concertar previamente la visita, ya que se trata de una zona de propiedad familiar. En ella se encuentra una pequeña almazara en la que se elabora Aceite de Mallorca a partir de las aceitunas de la propia explotación. El olivar de la finca consta de ejemplares milenarios con formas tan extraordinarias que atraen a pintores y fotógrafos. También Coma-sema es de titularidad privada. En esta finca, además del olivar se visita una tradicional almazara de tracción mecánica, que continúa en funcionamiento.

Para dar gusto al paladar y seguir recreándose en los sabores de la tierra, nada mejor que visitar los restaurantes de interés oleoturístico de la isla. Ca n' Arabí, El Olivo y Racó des Teix son algunas de las posibilidades. También se puede optar por comprar aceite de Mallorca y otros alimentos con D.O. en una serie de establecimientos especializados en este tipo de productos, que se encuentran tanto en la capital, Palma, como en Alcúdia o Pollença. De noviembre a enero, una serie de empresas elaboradoras de aceite ofrecen visitas en las que muestran dicho proceso de producción a los interesados.

¿Y por qué no terminar de empaparse en este recorrido entre olivos centenarios durmiendo en lugares que trasladan en el tiempo al viajero para conocer una almazara como las de antes? En diversos alojamientos de interés oleoturístico de Mallorca, la gastronomía hecha con el mejor aceite y el buen dormir forman un perfecto maridaje.



Ca n'ArabíEl OlivoLa ResidenciaRacó des Teix


Sa PedrissaMuleta de Ca s'HereuSon NetSon Brull Hotel & SpaRead´s Hotel & Spa


www.illesbalearsqualitat.cat

 

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