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Omar Sharif lamenta haber interpretado un Ché Guevara "manipulado por la CIA"

EFE

El veterano actor egipcio Omar Sharif todavía lamenta haber interpretado en 1969 al "Ché" Guevara en una película "enteramente manipulada por la CIA" estadounidense y que ahora ve como el mayor error de su vida.

"Yo exigí hacer una película que no tuviera tono fascista", recuerda en una entrevista con Efe aprovechando su breve paso por El Cairo, donde acaba de rodar su última película, "Al Musafir" (El viajero), del joven realizador egipcio Ahmed Maher.

En 1969 hacía solo dos años que el guerrillero había sido abatido en las sierras bolivianas "y todavía era un héroe increíble", recuerda Sharif en un español más que correcto "que se me olvida porque ya no lo uso".

El galán egipcio, que está a punto de cumplir 76 años, recuerda amargamente que su papel como "Ché" tuvo cierta dignidad porque él así lo había exigido en su contrato, "pero el Fidel Castro que interpretó Jack Palance y la película en general (dirigida por Richard Fleischer) resultó un producto fascista".

"La CIA estaba detrás, querían hacer una película que agradara a los cubanos de Miami y yo solo me di cuenta al final", recuerda, y añade que una sala de cine de los Campos Elíseos de París fue quemada por espectadores airados por la imagen negativa que daba la película del Ché y la revolución cubana.

Sharif ha interpretado a guerrilleros, príncipes, dictadores "y todos los papeles imaginables", y reconoce resignado que ahora "ya solo me ofrecen papeles de viejos", como el que interpreta en "El viajero", un hombre de 81 años en el ocaso de su vida.

Aunque se le recuerde sobre todo por sus papeles estelares en "Doctor Zhivago" o "Lawrence de Arabia", Sharif no guarda especial cariño por los personajes que encarnó en aquellos filmes, pues "un actor se debe a cada papel que interpreta en cada momento".

Sigue siendo todo un personaje, temperamental y sin pelos en la lengua. No rehúye ninguna pregunta, pero a veces contesta airado y levanta la voz.

Proclama que no tiene país ni casa: "Yo voy a donde me llamen para hacer una película, puedo pasar temporadas en Japón, México o en Italia, pero no soy de ningún lugar ni tengo una casa que sea mía", asegura.

"Cuando no estoy en rodaje prefiero estar en París, pero siempre vivo en hoteles y como en los restaurantes. Cuando eres un viejo solo como yo, da miedo vivir en una casa vacía. Al menos en los hoteles hay un bar, bajas y puedes charlar con alguien", reflexiona.

Dicen en Egipto que Sharif se ha arruinado con la que ha sido su gran afición en la vida -incluso más que las mujeres-: el bridge, pero no parece del todo cierto visto el tren de vida que lleva.

Nacido de padres católicos libaneses -su nombre de pila era Michel-, se convirtió al islám para casarse con la actriz Fateh Hamama, de la que luego se divorció. Ahora dice que para él "la religión es una cosa absurda: ¿cómo pueden hacernos creer algo tan ridículo como Adán y Eva?".

Siempre se ha pronunciado contra el fanatismo que está ganando peso en Egipto y en todo Oriente Medio, pero para él "no es un problema de religión, sino de pobreza: si todo el dinero que Bush se gastó en la guerra de Irak se lo hubiera dado a los pobres de esta región, no habría terrorismo".

Omar Sharif cree que el cine actual -que sólo contempla en cintas de uso doméstico- "está lleno de violencia, porque la vida está llena de violencia: cuando la gente no se mata por la religión, los mata el clima, el tsunami o las inundaciones".

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