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Las ONG exigen que se dé voz a los hambrientos

El Foro Alternativo a la FAO clama contra los países ricos que acaparan las tierras de las naciones en vías de desarrollo

SANDRA BUXADERAS

En su intento de evitar que los países ricos se queden de brazos cruzados contra el hambre, cientos de movimientos sociales y ONG han organizado un Foro Alternativo en Roma para tratar de desbloquear la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria organizada por la FAO. Ayer, 450 organizaciones de campesinos, pescadores, pastores, pueblos indígenas, movimientos urbanos y organizaciones sociales aprobaron una declaración común con las estrategias que, a su parecer, pueden conseguir acabar con el hambre que aflige en la actualidad a 1.020 millones de personas.

Las ONG exigen que los hambrientos, el 80% de los cuales son campesinos, puedan disponer de tierra y agua. El acceso a un terreno cultivable debería ser la prioridad de los gobiernos, en vez de promover las inversiones en industria agrícola a gran escala. El Foro Alternativo denuncia sobre todo el acaparamiento de tierra que en los últimos dos años han protagonizado países como China, Corea del Sur y los estados del golfo Pérsico que, para asegurar alimentos para su población, compran tierras en países ya hambrientos, en especial en el África subsahariana. 'Nos preocupa que se agrave el hambre en estos países', cuenta a Público el portavoz de Intermón Oxfam, José Antonio Hernández. El fenómeno alcanza ya los 40 millones de hectáreas.

Otra preocupación de la sociedad civil es dar voz a los países necesitados. El Foro apoya la reforma de un organismo de la FAO, el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSAM), para convertirlo en auténtico árbitro de la ayuda alimentaria. El CSAM debe servir para dirigir y coordinar los esfuerzos internacionales, pide Hernández. Cada país tiene voz y voto y la sociedad civil está representada. Dentro de este organismo, los países que requirieran ayuda deberían promover sus propios planes, como ha hecho Brasil, y ejecutarlos fielmente al recibir la ayuda.

Sin embargo, como asegura Paul Nicholson, de Vía Campesina, los países ricos, como el G-8, prefieren potenciar el Banco Mundial, pues allí quien más dinero aporta es quien tiene más poder de decisión. 'Por eso no han venido los líderes a Roma', asegura Nicholson. No quieren reconocer que no quieren comprometerse de verdad en el impulso de un órgano democrático como el CSAM, agrega.

La declaración final del Foro Alternativo propugna, además, una agricultura ecológica, 'la que alimenta a la gran mayoría de las personas del mundo' y tiene como prioridad beneficiar a la gente, no a las empresas. La sociedad civil, además, rechaza las semillas transgénicas, que crean dependencia y convierten la agricultura en un nuevo monopolio.

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