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El oscuro mundo de las
peleas de perros

La detención de un vecino de Jaca acusado de entrenar perros de razas peligrosas en una perrera clandestina del Pirineo pone de nuevo sobre la mesa el oscuro mundo de las peleas clandestinas, en las que esos animales se enfrentan a vida o muerte mientras los organizadores mueven miles de euros en apuestas

El detenido custodiaba en jaulas una decena de perros que presuntamente utilizaba como sparrings para entrenar a los de pelea. GUARDIA CIVIL

EDUARDO BAYONA

@e_bayona

ZARAGOZA .- Una operación del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de Huesca ha puesto sobre la mesa de nuevo la existencia del oscuro mundo de las peleas de perros, círculos herméticos que mueven miles de euros en apuestas sobre un cruel espectáculo en el que los animales son enfrentados a vida o muerte.

Un amplio despliegue en el que, tras dos meses de investigaciones, participaron una veintena de agentes permitió hace unos días desmantelar en Jaca, en el Pirineo oscense, un siniestro complejo de jaulas en las que un vecino de esa localidad se dedicaba, presuntamente, a entrenar perros potencialmente peligrosas para dedicarlos a peleas.

En las perreras, diseminadas por el monte, intervinieron seis ejemplares adultos y un cachorro de Pitbull, Rotweiler y American Stanford, además de una decena de canes de otras razas que eran utilizados como sparrings. Unos fueron inmovilizados y otros trasladados a la perrera de la Diputación.

El espectáculo era estremecedor, explica el teniente Arturo Notivoli. “Estaban muy marcados psicológicamente. A uno de los sparrings le faltaba una pata que le habían arrancado a mordiscos. Otros de razas potencialmente peligrosas estaban atados y a oscuras, que es una forma de aumentar su peligrosidad”, señala. También lo es hacerles pasar varios días sin comer ni –especialmente- beber o darles palizas, algo que se utiliza para endurecer su piel.

Algunas jaulas contaban con toldos para mantener a los animales a oscuras, algo que potencia su agresividad. GUARDIA CIVIL

Algunas jaulas contaban con toldos para mantener a los animales a oscuras, algo que potencia su agresividad. GUARDIA CIVIL

Un detenido y “más personas implicadas”

Las pesquisas del Seprona de Huesca, pionero en aplicar técnicas de investigación criminalística en casos de maltrato animal, llevaron a la detención de un joven de 32 años que fue puesto a disposición del juzgado número 2 de Jaca como presunto autor de un “delito continuado de maltrato animal, ya que se dedicaba al entrenamiento de perros para peleas ilegales”, informó la Guardia Civil. Pero “hay más personas implicadas”, señala el oficial.

Desde julio, el Código Penal establece multas de hasta 54.000 euros y hasta un año de inhabilitación para desarrollar actividades relacionadas con animales

La participación de más implicados en esta cruel actividad, en cuya identificación están trabajando, la prueban algunas filmaciones que han obtenido los agentes. Una de ellas muestra cómo un coche llega de noche a una finca ganadera, sus ocupantes enfocan con las luces a un perro atado y azuzan contra él a otro de una raza potencialmente peligrosa que se abalanza sobre él y le ataca con fiereza. Otras peleas se realizaban en recintos cerrados. “Son a muerte, desgarradoras”, describe el guardia civil.

El Seprona de Huesca inició las investigaciones sobre las peleas de perros y los entrenamientos de los animales que participan en ellas hace diez años. Sospechan que los combates con apuestas tienen lugar en otras zonas, como la vecina provincia de Lleida y otros puntos de las comunidades de Catalunya y de Madrid, aunque también han sido denunciadas en Galicia. Sin embargo, todavía no han podido detectar ninguna convocatoria a tiempo para abortarla y detener a sus organizadores, aunque sí tienen constancia de ellas.

Espectáculos desgarradores en círculos herméticos

“Se trata de círculos herméticos, en los que es muy difícil introducirse y en los que las convocatorias se hacen de manera directa y prácticamente sorpresiva entre los participantes y los apostantes”, explica Notivoli. “Las llamamos peleas de perros, pero son a vida o muerte –añade-. Se trata de espectáculos desgarradores, de una brutalidad exacerbada. Sospechamos que detrás de estas actividades puede haber incluso alguna patología. Es algo deshumanizado”. Y rentable: “las peleas de perros mueven miles de euros en apuestas”, anota.

“Las llamamos peleas de perros, pero son a vida o muerte". Se trata de espectáculos desgarradores, de una brutalidad exacerbada

Las investigaciones que llevaron a desmantelar la perrera campestre de Jaca comenzaron dos meses antes. La Guardia Civil recibió en marzo y abril cuatro denuncias en las que agricultores y ganaderos de la zona referían la desaparición de sus perros –un mastín en una finca, otros que hacían de guardianes atados junto a establos- que, en algunos casos, eran hallados horas después heridos y magullados.

La organización de peleas de perros solo lleva unos meses tipificada como delito en España. Lo son desde julio, cuando la última reforma del Código Penal estableció multas de hasta 54.000 euros y hasta un año de inhabilitación para desarrollar actividades relacionadas con los animales a quienes “maltrataren cruelmente a los animales domésticos o a cualesquiera otros en espectáculos no autorizados legalmente”.

La ley, no obstante, contempla penas de hasta un año de prisión –año y medio en caso de muerte- para quien “por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente, causándole lesiones que menoscaben gravemente su salud o sometiéndole a explotación sexual” a “cualquier animal que no viva en estado salvaje”. “Hasta el mes de julio las peleas de perros no eran delito, sino una infracción administrativa de carácter grave. Ahora el delito es el mismo, haya o no apuestas”, explica el teniente.

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