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Ouattara considera inaceptable que Gbagbo quiera mantener la Presidencia

EFE

Alassane Ouattara, reconocido como presidente electo de Costa de Marfil por la comunidad internacional, consideró hoy inaceptable que Laurent Gbagbo quiera mantenerse en la Presidencia sostenido por militares, milicianos y mercenarios.

En una declaración de su portavoz en el Hotel Golf de Abiyán, donde Ouattara ha establecido su sede y la de su Gobierno,su portavoz, Anne Oulotto, recalcó que Gbagbo "no tiene otro remedio que reconocer el veredicto de las elecciones, la victoria de Alassane Ouattara, y dejar el Palacio Presidencial".

Oulotto acusó a Gbagbo de reclutar mercenarios y distribuir armas para formar milicias entre sus partidarios, al tiempo que calificaba de "inquietante" el hecho de que el Hotel Golf esté rodeado por "tres mil" de ellos, según aseguró.

La portavoz de Outtara descartó en cualquier caso que los componentes de su Gobierno vayan a abandonar el Hotel Golf para irse a sus casas, como les pidió anoche en un mensaje televisado Gbagbo, quien ofreció unas garantías de seguridad que Oulotto cuestionó.

Hoy, pese a las a las afirmaciones de Gbagbo de que no habría molestias para quienes abandonaran el Hotel Golf, el recinto, protegido por los ex rebeldes de las Fuerzas Nuevas y los "cascos azules" de la Operación de Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI), sigue sitiado por militares y milicianos.

Las Fuerzas Armadas y de seguridad leales a Gbagbo, así como milicianos uniformados y armados, impiden el desplazamiento hasta el edificio de los convoyes de la ONUCI, lo que ha llevado a que los "cascos azules" utilicen helicópteros para llegar al lugar con suministros.

La ONU tampoco ha atendido el llamamiento de Gbagbo para reunir una comisión internacional que estudie el proceso electoral y el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, ha solicitado ayuda a la comunidad internacional para evitar que sus fuerzas "estrangulen" a los seguidores de Ouattara y la ONUCI.

"La comunidad internacional debe actuar con determinación", dijo Ban en una reunión informal con la Asamblea General de la ONU para informar de la situación en el país africano, que "corre el riesgo real de regresar a la guerra civil".

Tras la reunión en la Asamblea General, el máximo responsable de las Operaciones de Paz de Naciones Unidas, Alain Le Roy, dijo que saben que milicias cercanas a Gbagbo han recibido armas y preparan "provocaciones" para generar enfrentamientos con la ONUCI.

También confirmó la presencia de mercenarios liberianos entre los partidario de Gbagbo, a los que el organismo internacional ha acusado de cometer violaciones de los derechos humanos y ser responsables de desapariciones.

Por otro lado, tras el levantamiento ayer del toque de queda impuesto desde el pasado 27 de noviembre por Gbagbo, Abiyán tenía hoy el mismo aspecto de actividad rutinaria de ayer, aunque la tensión sigue y la población teme el estallido de una nueva guerra civil.

El ambiente prebélico ha llevado hoy al Gobierno galo a pedir a sus 15.000 ciudadanos en Costa de Marfil que abandonen temporalmente el país, un llamamientos que ya hicieron con anterioridad Bélgica, Estados Unidos y el Reino Unido.

Nigeria informó de que ha evacuado a su personal diplomático de Costa de Marfil, después de que su embajada en Abiyán fuera atacada, y que trabaja para evacuar al resto de sus ciudadanos, sin explicar quien y cuando llevó a cabo el ataque contra la sede diplomática ni otros detalles.

A las sanciones impuestas hasta ahora a Gbagbo y su entorno, se unió hoy el Banco Mundial (BM),que ha congelado la ayuda financiera a Costa de Marfil ante la negativa de Gbagbo a abandonar el poder, según afirmó hoy en París el presidente de la entidad, Robert Zoellick.

El conflicto actual se inició tras la segunda vuelta de los comicios presidenciales del pasado 28 de noviembre, al negarse Gbagbo a abandonar la Presidencia tras diez años en el poder, pese a que la Comisión Electoral Independiente dio como ganador a Ouattara.

Gbagbo recurrió al Consejo Constitucional, que copan sus partidarios, que anuló los resultados en siete departamentos donde Ouattara tenía amplia mayoría y le dio la victoria, lo que no han admitido la oposición ni la comunidad internacional.

En estas circunstancias, cada día aumenta el riesgo de que se reanude la guerra civil, que ya dividió el país entre el 2002 y el 2007, con el sur controlado por los militares leales a Gbagbo y el norte por las Fuerzas Nuevas, que no se desarmaron tras las conflagración.

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