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El Papa pide paz en medio de la preocupación por su seguridad

Reuters

Por Philip Pullella

El Papa Benedicto XVI pidió al mundo que renuncie a la violencia y la venganza y no mostró signos de estar afectado por el episodio de la misa de Nochebuena, cuando una mujer "inestable" se abalanzó sobre él y le tiró al suelo.

En su tradicional mensaje "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo) desde el balcón central de la basílica de San Pedro, el Papa instó al mundo a redescubrir la simplicidad del mensaje de la Navidad y mandó su felicitación en 65 idiomas.

Mientras el Papa se dirigía a las decenas de miles de personas que abarrotaron la plaza de San Pedro, el Vaticano permanecía centrado en el incidente del jueves por la noche, que planteó de nuevo la cuestión de cómo mantener al Papa protegido al tiempo que sigue teniendo un contacto estrecho con el pueblo.

Susanna Maiolo, de 25 años y nacionalidad italo-suiza, sorprendió a los católicos y a la seguridad vaticana al superar una valla en la basílica, llegar hasta el Papa, agarrarse a sus vestimentas y derribarle sobre el suelo de mármol.

El Vaticano dijo que era "psicológicamente inestable" y no estaba armada y que el pontífice no resultó herido. La mujer fue trasladada a un centro hospitalario italiano para recibir allí tratamiento psiquiátrico.

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo el viernes que era imposible dar al papa una seguridad a toda prueba dado que estar cerca de la gente es parte de su misión.

"Es imposible impedir toda posibilidad de que algo ocurra, incluso de cerca", dijo Lombardi a los periodistas.

"El Papa quiere tener una relación directa y pastoral con la gente, donde poder tocar a los niños, estrechar manos y hacer lo que quiera y lo que la gente quiere que haga", añadió Lombardi.

"Si quieres una seguridad a toda prueba, no puedes hacer eso. Estar apartado del contacto con la gente, estar lejos de ellos, va contra el espíritu de su misión, así que siempre habrá un riesgo", añadió.

SIMPLICIDAD EN NAVIDAD

En su mensaje "Urbi et Orbi", el Papa dijo que el mundo de hoy tenía que redescubrir la simplicidad del mensaje navideño.

La gente debería "abandonar toda lógica de violencia y venganza y comprometerse con renovado vigor y generosidad en el proceso que lleve a la coexistencia pacífica".

Añadió que mientras el mundo estaba en la actualidad inmerso en una grave crisis económica, también se veía afectado, "incluso más, por una crisis moral, y por las dolorosas heridas de guerras y conflictos".

El incidente del jueves tuvo lugar cuando el pontífice, de 82 años, flanqueado por personal de seguridad y obispos, caminaba por el principal pasaje de la basílica para iniciar la Misa del Gallo.

Miembros de la congregación gritaron cuando Maiolo, con una sudadera roja con capucha, saltó la barrera y se abalanzó sobre él.

El cardenal francés Roger Etchegaray, de 87 años y con una salud delicada, cayó al suelo "en la confusión" y fue trasladado en silla de ruedas. Sufrió una fractura de fémur y deberá ser operado, pero no se encuentra grave.

El Vaticano reconoció que Maiolo también intentó alcanzar al Papa en la misa de Navidad del año pasado.

"Es sorprendente que ocurriera dentro de San Pedro, porque la seguridad allí ha cambiado mucho en los últimos años y es mucho más estricta que en el pasado", dijo a la BBC el arzobispo de Westminster, Vincent Nichols, líder de los católicos de Inglaterra y Gales.

"Estoy seguro de que esos arreglos se revisarán y se tomarán más recaudos", agregó.

Durante el pontificado de Benedicto XVI, que comenzó en 2005, se han producido pocos incidentes de seguridad.

En 2007, un alemán saltó sobre una barricada en la Plaza de San Pedro cuando el vehículo del papa estaba pasando durante una audiencia general y trató de llegar a él.

El ataque más grave contra un Papa en el Vaticano fue en 1981, cuando el turco Mehmet Ali Agca disparó a Juan Pablo II, un episodio que estuvo a punto de costarle la vida al pontífice polaco en la Plaza de San Pedro.

Aunque los visitantes de la basílica deben superar un detector de metales y comprobaciones, la seguridad una vez dentro del pueblo es relativamente laxa. La seguridad del Vaticano la comparte la policía y la Guardia Suiza.

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