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¡Paren las máquinas!

Todos los ojos se vuelven hacia el grupo irlandés, que regresa con 'No line the horizon', su mejor disco en diez años

JESÚS MIGUEL MARCOS

Un nuevo disco de U2 es como la final de un mundial: asunto de interés general. Da igual que el grupo lleve más de una década en coma creativo, que sus giras pequen de repetitivas, que la crítica musical les denoste o que se hayan hecho mayores. Cuando los irlandeses regresan, movilizan a millones de personas.

Es el poder de la música: políticos del PSOE, oyentes de la Cope, ingenieros de telecomunicaciones, fontaneros, adolescentes antisistema y consejeros delegados, todos juntos mechero en mano ahora con el móvil proclamando aquello de que 'Todavía no he encontrado lo que estaba buscando'. Una frase que les une a todos. Parece fácil, pero se le ocurrió a Bono, The Edge, Larry Mullen y Adam Clayton.

Hay apuestas más fáciles que las quinielas de caballos: No line on the horizon, que se publica hoy en todo el mundo salvo en Irlanda, que salió el viernes, venderá millones de copias. Probablemente no se acercará a los nueve millones de su anterior trabajo, How to dismantle an atomic bomb? (2004), pero ni la crisis económica ni la del cedé evitarán las ventas masivas.

El negocio se redondeará con su próxima gira mundial, que según han publicado algunos medios podría comenzar a finales de junio en Barcelona. Hablando recientemente sobre este tour, Bono volvió a ofrecer esa imagen contradictoria que le ha granjeado no pocos enemigos y que tantas parodias ha inspirado. El cantante de U2 anunció que, a causa de la crisis, pondrían a la venta entradas muy baratas, 'pero también habrá entradas muy caras, porque los ricos también tienen sentimientos'. De nuevo, uno frente al otro, aparecían el 'Bono comprometido' y el 'Bono estrella del rock' que con tanta precisión retrataron los artistas de Muchachada nui.

Bono suele ser blanco de críticas fáciles. Se censura su activismo a favor de África argumentando que es una forma de lavar su imagen. Esto es dudoso, porque el cantante de U2 ha estado implicado en campañas sociales desde sus inicios (el grupo lleva años apoyando a Amnistía Internacional, por ejemplo).

Sin embargo, el hecho de que el grupo trasladara las actividades financieras relacionadas con sus royalties a Holanda levantó críticas mucho más fundamentadas. Sin ir más lejos, el viernes, la federación Debt and Development Coalition Ireland (DDCI), que incluye a setenta organizaciones solidarias de Irlanda incluida Oxfam, acusó al grupo de 'robar a los pobres' por evasión de impuestos. El manager de la formación se defendió esgrimiendo que 'sólo el 5% del negocio de U2 se mueve en Irlanda'.

En los últimos 12 años, U2 han publicado cuatro discos. Pop fue un intento de coger el tren de la electrónica de los 90, pero llegaron tarde (y se equivocaron de aliado: Howe B, un segundón de los sonidos avanzados). Cuando pusieron la marcha atrás también era demasiado tarde: All that you cant leave behind (2000) y, sobre todo, How to dismantle an atomic bomb? (2004) son sus discos más flojos. Con este background, No line on the horizon el título se le ocurrió a Bono mientras miraba el mar por la ventana del estudio que tiene en su casa de Dublín despertaba pocas esperanzas.


Empezaron a grabarlo con Rick Rubin, productor de Metallica y Beastie Boys (además de responsable de la resurrección de Johnny cash), pero el experimento no funcionó. Finalmente, volvieron a casa con sus papás Brian Eno y Daniel Lanois, productores de numerosos discos de su carrera.

El resultado mejora, con creces, sus dos últimos trabajos. En un principio, el disco parece una vuelta al sonido de sus primeros discos (Boy, October y War), con esas bases rítmicas esqueléticas, la voz con eco de Bono y las guitarras gélidas de The Edge. Pero hay instantes, como el inicio de Moments of surrender una preciosa balada con un inicio inquietante, los estribillos de Unknown caller y No line on the horizon o la instrumental Fez, en que suenan a los discos del propio Brian Eno. Y es que tanto él como Daniel Laonis figuran no sólo como co-productores, sino como co-escritores de las canciones.

El amor es el gran tema del álbum. Aparece reflejado desde una óptica trascendente, cuando no directamente religiosa. 'Sólo el amor puede dejar semejante marca / sólo el amor puede curar una cicatriz así', canta Bono en Magnificent, uno de los temas más brillantes del álbum. Bono siempre ha tenido mucha maña para los versos lapidarios y en No line on the horizon se emplea a fondo. En Moment of surrender dice: 'No se trata de si creo en el amor, / se trata de si el amor cree en mí'. Stand up comedy es una de las pocas canciones del disco en las que habla sobre él: 'El ego es como un pequeño niño / que cruza una autopista de ocho carriles / en un viaje de descubrimiento'.

Hay dos canciones sobre la guerra en Afganistán. White as snow, uno de los temas más intensos del disco 'y el más íntimo', ha reconocido Bono, cuenta lo que piensa un soldado desde que es herido hasta que muere. El grupo iba a iniciar el tema con una explosión, pero desestimaron la idea para que no quedara demasiado evidente.

Hay dos canciones que se alejan de la madurez imperante en el disco: el single Get on your boots donde le roba un verso a Randy Newman, cuando canta 'No quiero hablar sobre las guerras entre naciones' y, sobre todo, Ill go crazy if I dont go crazy tonight, donde Bono reivindica la necesidad de desmadrarse.

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