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El Parlamento griego prepara la crucial votación entre violentas protestas

EFE

Grecia volvió a vivir hoy una huelga general y momentos de violencia frente al Parlamento de Atenas, donde se inició el debate previo a la crucial e histórica votación mañana de un nuevo paquete de austeridad con el fin de esquivar la bancarrota del país.

Fuentes policiales informaron de veinticuatro heridos leves, de ellos, 21 policías, 22 detenciones y daños materiales de diversa índole durante las protestas callejeras de hoy en Atenas, pero los medios dicen que el número de civiles heridos es mucho mayor.

Además, 250 personas sufrieron en el metro de Sintagma problemas respiratorios.

Mientras, en el Parlamento, la Comisión de Finanzas aprobó la ley marco que acompaña el impopular paquete de medidas de austeridad y privatizaciones por valor de 78.000 millones de euros, cuya votación se prevé para mañana.

Los diputados socialistas miembros de la comisión, cuyo partido está en el Gobierno, aprobaron el proyecto de ley, mientras que la oposición al completo lo rechazó, un resultado que es visto como preámbulo de lo que puede ocurrir mañana.

"De la aprobación de las medidas y del proyecto de ley depende que la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) entreguen a Grecia el quinto tramo de 12.000 millones de euros del rescate externo", insistió hoy el ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos.

"La prioridad de las medidas es la de alcanzar un superávit primario hacia 2012", añadió.

Desde Bruselas, los líderes de las instituciones europeas volvieron a hacer un nuevo llamamiento al Parlamento griego para que no deje de votar el impopular paquete.

"Para ser honestos con la gente griega y nosotros mismos, tenemos que decirles que no hay otra vía distinta a las dolorosas reformas y la consolidación fiscal", dijo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.

"Están en juego tanto el futuro de Grecia como el de Europa", señaló el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, en un comunicado. "Déjenme decirlo claramente: no hay un plan B para evitar la suspensión de pagos", recalcó.

Pero pese a que hay desmentido oficial, aumentan los rumores de que Bruselas se estaría preparando para un posible rechazo del Parlamento a los ajustes.

El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, seguía hoy intentando asegurarse el voto de sus correligionarios y convencer a los diputados disidentes, hasta el momento dos de un total de 155, que han dejado entrever que votarán en su contra.

La oposición conservadora de Nueva Democracia, que votará contra las medidas, pero que también tiene "rebeldes" en sus filas, ha dejado saber en forma extraoficial que expulsará del partido a aquellos que se salgan de la línea oficial.

El voto puede, por lo tanto, ser muy ajustado, ya que la aprobación del paquete requiere la mayoría absoluta, es decir, como mínimo 151 de los 300 escaños de la Cámara.

En el caso de que salga el "sí", la tensión seguirá igualmente hasta el jueves, cuando se votará una ley especial para permitir la aplicación inmediata de las nuevas normas.

Si el Parlamento vota por ambos proyectos de ley, el flamante Venizelos, el nuevo todopoderoso de la economía más endeudada de Europa, acudirá a la reunión extraordinaria del Grupo del Euro el 3 de julio para iniciar la negociación de un nuevo rescate gigante, de unos 110.000 millones de euros.

Las medidas, una vez aprobadas en la votación de mañana, entrarán en vigor a partir del 1 de julio y significarán, entre otros, la reducción inmediata de los ingresos mensuales superiores a los 570 euros. Los contribuyentes que tienen ganancias anuales a partir de los 12.000 euros pagarán 400 euros de impuestos.

Los dolorosos recortes despiertan la ira y el rechazo de grandes sectores de la población, expresada hoy en varias protestas callejeras, además de una huelga general, la cuarta en lo que va de año, que se extenderá también a toda la jornada de mañana. manifestación más importante tuvo lugar frente al Parlamento, y la policía recurrió al uso de gases lacrimógenos contra grupos de radicales que lanzaron piedras, bombas incendiarias y otros objetos contra los escaparates de bancos, tiendas y hoteles.

Adriana Flores Bórquez

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