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Un partido acusa al ex presidente mauritano de querer disolver los grupos de oposición

EFE

El ex presidente mauritano Sidi Mohamed Uld Cheij Abdalahi, depuesto tras el golpe de Estado del pasado miércoles, quería disolver los grupos políticos de la oposición, según un documento de la Reagrupación de Fuerzas Democráticas (RFD), el principal partido opositor, hecho público hoy.

La acusación se incluye en el memorando presentado por el partido a los emisarios de la Liga Árabe y de la Unión Africana en su visita a Nuakchot, en el que se indica que la decisión de Abdalahi iba dirigida principalmente contra la RFD.

El grupo recuerda en el texto que el ex presidente "bloqueaba el funcionamiento del Parlamento" y que su mandato tras las elecciones de marzo de 2007 estuvo marcado por "enfrentamientos mortales en las calles de Nuakchot, los primeros en la historia del país, entre las fuerzas del orden e islamistas salafistas".

Hace referencia también a las manifestaciones que tuvieron lugar el año pasado, bautizadas por esa agrupación como "la revuelta de los hambrientos" y motivadas por la degradación del poder adquisitivo de los ciudadanos debido al alza del precio de los alimentos.

El memorando no obvia tampoco que antes de resultar elegido, Abdalahi "había permanecido fuera de la escena política mauritana durante cerca de dos décadas, sin interesarse por los graves acontecimientos que han estado a punto de destruir el país".

"Los dirigentes del Consejo Militar que derrocó a Muauia Uld Sidi Ahmed Taya en agosto de 2005 le indicaron que presentara su candidatura y claramente le respaldaron con todos los medios disponibles", algo reconocido por el propio Abdalahi, reza el texto al que tuvo acceso Efe.

El partido opositor hizo hincapié en que pese a la intervención del Consejo Militar y al uso de los recursos humanos y financieros del Estado en favor de su candidatura, su rival, el dirigente de la RFD, Ahmed Uld Dadda, logró el 47 por ciento de los votos.

"En ese momento aceptamos los resultados de las elecciones con el objetivo de evitar problemas de seguridad, a la vista de lo que ocurría en otros países en situaciones similares", subraya el memorando.

En los últimos meses, no obstante, Mauritania había sido escenario de tensiones políticas entre el presidente depuesto y las fuerzas de la oposición, e incluso con grupos incluidos en la mayoría gubernamental.

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