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Pekín, deporte profesional y Madrid 16 puntos prioritarios en la agenda de Lissavetzky

EFE

Los Juegos de Pekín, la regulación del deporte profesional y la candidatura olímpica de Madrid 2016 figuran como puntos prioritarios en la agenda de Jaime Lissavetzky, confirmado hoy como secretario de Estado para el Deporte, cargo que desempeña desde hace cuatro años.

El desarrollo total de la Ley Antidopaje -principal apuesta legislativa de su primer mandato junto a la ley contra la violencia y el racismo en el deporte- con la puesta en marcha de la Agencia Estatal Antidopaje y los procesos electorales que las federaciones deportivas deben vivir este año tendrán también un lugar prioritario entre sus cometidos.

Lissavetzky, que el próximo día 20 cumplirá cuatro años como presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), no escondió su deseo de continuar en el cargo tras las elecciones del pasado 9 de marzo para vivir "in situ" la que desea se convierta en "la segunda explosión del deporte español", similar a la vivida en Barcelona 92.

"Si me ofrecen seguir no tardaría un segundo en decir sí para ver en primera línea qué pasa en Pekín y si no salen los resultados que se me ponga a caldo o si es al contrario se me reconozca", admitió en una de sus últimas comparecencias públicas antes de las generales a las que concurrió como número 7 del PSOE al Congreso.

Su gran anhelo es que Pekín supere la cifra de las 19 medallas logradas por los deportistas españoles en Atenas 2004 y se acerque a las 22 obtenidas en Barcelona 92 con la ayuda del ADO, un programa que para este ciclo cuenta con 60 millones de euros.

460 atletas y técnicos, quince menos que en el ejercicio anterior, se beneficiarán este último año de las becas de un programa que cuenta con el respaldo de catorce empresas, para las que ha conseguido más beneficios fiscales como patrocinadoras, y con su par en el deporte paralímpico (ADOP) creado en 2005.

Madrid 2016 se presenta como el otro gran reto del deporte español en esta legislatura, después de la decepción vivida en Singapur en julio de 2005 cuando la candidatura madrileña fue rechazada por el Comité Olímpico Internacional (COI) que designó a Londres como sede de los Juegos de 2012.

"Soy de Madrid y aquí hemos sido muy acogedores pero hemos tenido muchísimos problemas. Madrid necesita una gran alegría y me encantaría estar ese 2 de octubre en Copenhague" comentó Lissavetzky en alusión a la sesión del COI de 2009, en la que se decidirá la ciudad organizadora de los Juegos de 2016, a los que aspiran también Chicago, Río de Janeiro, Tokio, Praga, Doha y Baku.

Dentro de España y a expensas aún de la resolución de la Operación Puerto, Lissavetzky debe poner en marcha la Agencia Estatal Antidopaje, organismo de nueva creación en cumplimiento de la Ley aprobada hace dos años y desarrollar un nuevo modelo para el deporte profesional, que considera muy necesario.

En su debe el secretario de Estado también tiene que incluir la supervisión de las elecciones en las federaciones deportivas y la normalización de las relaciones con Fútbol (RFEF), enrarecidas por el empeño de su presidente Angel Villar de ceñirse a la normativa de FIFA y saltarse la orden ministerial española que regula los procesos.

Los cuatro años de la legislatura anterior, marcados por una mayor actividad en el CSD y por el carácter de su presidente, no han solventado un problema heredado de la etapa del anterior secretario de Estado, Juan Antonio Gómez-Angulo, cuando éste retiró la subvención a la RFEF tras el inicio de una la investigación judicial, aún abierta, sobre la gestión de su directiva.

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