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Una película argentina y otra china cierran "con encanto" la competición de San Sebastián

EFE

La película argentina "Cerro Bayo" y la china "Addicted to love" han dejado hoy buen sabor de boca al cerrar "con encanto" una sección oficial de la 58 edición del Festival de Cine de San Sebastián, que mañana entrega sus premios sin que ninguno de los filmes a concurso haya maravillado.

Tras la proyección de las quince películas que compiten por la Concha de Oro, la media es notablemente baja. Pero la última jornada de competición ha llevado a San Sebastián dos películas sencillas, bien interpretadas y honestas en su planteamiento.

Por un lado, la argentina "Cerro Bayo", segundo largometraje de la directora Victoria Galardi, que ya estuvo hace dos años en San Sebastián con su ópera prima, "Amorosa soledad", codirigida con Martín Carranza, y con la que consiguió el premio de la Juventud.

En este caso plantea la historia de una familia en un pequeño pueblo de la Patagonia, llena de personajes miserables, de los que Galardi quería mostrar sus luces y sombras, según ha explicado hoy en rueda de prensa.

El intento fallido de suicidio por parte de Juana Keller, la matriarca de una familia, es la excusa para contar los problemas más o menos grandes de cada componente de esa unidad.

"Para mí la familia tiene todo el interés" porque en su seno se pueden generar "todos los conflictos posibles para hacer una película", ha subrayado.

Un drama bañado en humor en el que destacan las interpretaciones de las tres actrices principales: Adriana Barraza, Verónica Llinas e Inés Efrón.

La falta de dinero, las ganas de escapar del pequeño pueblo pendiente de la nieve que permite abrir la estación de esquí o la búsqueda del primer orgasmo -por motivos puramente estéticos, según la joven Inés, convencida de que mejora la piel-, son algunas de las motivaciones que mueven a los personajes.

Todo ello en un pequeño pueblo que la directora conoce muy bien.

"No es autobiográfica, pero sí hay algo de ese entorno que conozco muy bien, de vivir pendiente del clima" y en un sitio pequeño "en el que no hay anonimato", ha asegurado la directora.

Galardi ha explicado además que para ella lo más importante son los personajes, ya que cuando comienza a plantearse una película no se plantea tanto el tema como sus protagonistas.

Por su parte, la actriz Verónica Llinas ha destacado la dificultad de crear un personaje bastante miserable, pero que le permitió explorar la tridimensionalidad de los seres humanos.

Una película sencilla, bien rodada y que, además de competir en la sección oficial de San Sebastián, opta al premio de Nuevos Directores.

Tan simple de planteamiento como "Addicted to love", del chino Liu Hao, una tierna película en la que el amor y el olvido se mezclan con la cotidianeidad y la familia.

Un obrero jubilado de una fábrica que vive en un barrio de Pekín se encuentra un día con una vieja amiga, un amor de juventud.

Tras el frío primer encuentro, los dos amigos empiezan a verse con asiduidad como si los años no hubieran pasado.

Una historia protagonizada en su mayor parte por actores no profesionales, según ha explicado hoy en rueda de prensa Liu Hao, que ha destacado que en el caso de la pareja protagonista, han hecho una composición muy cercana a sus vidas reales.

Con el olvido que dicta el Alzheimer, el director ha construido una historia sensible, en la que la familia es el centro de la vida de los personajes, independientemente de la situación social o política que se esboza en algunas escenas.

"Lo que quería reflejar -ha señalado el director- es que, independientemente de cómo cambia la sociedad, las relaciones entre padres e hijos, la familia, siempre es lo más importante".

Una película de amor que ha resultado muy difícil poner en marcha en una país como China en el que el cine comercial prima sobre cualquier otro y en el que el realizador ha invertido tres años de trabajo.

Con la exhibición de estos dos filmes se cierra la competición oficial de San Sebastián y mañana se darán a conocer los premios, entre ellos la Concha de Oro.

Alicia García de Francisco

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