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Las pérdidas empresariales por delitos económicos crecieron un 40% en 2006 y 2007

EFE

Los delitos económicos sufridos por las empresas de todo el mundo en los dos últimos años les generaron unas pérdidas medias de 2,42 millones de dólares (1,65 millones de euros al cambio actual) por compañía, un 40 por ciento más que hace dos años.

Según el Informe sobre Delito Económico 2007 de PricewaterhouseCoopers (PwC), prácticamente la mitad de las empresas mundiales, un 43 por ciento, fue víctima de un delito económico en los dos últimos años, un porcentaje ligeramente inferior al registrado en 2005 (un 45 por ciento).

Pese a esa disminución en el número de empresas víctimas de delitos económicos, las pérdidas globales generadas por estas prácticas crecieron hasta los 4.200 millones de dólares (unos 2.870 millones de euros al cambio actual).

Los delitos más comunes, según PwC, son la malversación de fondos (un 30 por ciento), las infracciones contra la propiedad intelectual (un 15 por ciento), los fraudes contables (un 12 por ciento), los sobornos (un 13 por ciento) y el blanqueo de dinero.

Por áreas, los mayores niveles de fraude siguen registrándose en África, Norteamérica y en el Este de Europa, mientras que por tamaño, los directivos de las grandes compañías- con más de 5.000 empleados-, son los que más reconocen haber sido víctima de algún tipo de fraude económico (62 por ciento).

Este porcentaje cae hasta el 52 por ciento en las empresas con una plantilla de entre 1.000 y 5.000 trabajadores, y hasta el 32 por ciento en las sociedades con menos de 200 empleados.

En cuanto a los sectores de actividad, las compañías aseguradoras y las de distribución son las que reconocen haber sufrido un mayor número de delitos económicos (57 por ciento), seguidas de las empresas públicas y la Administración (54 por ciento), las entidades financieras (46 por ciento) y los fabricantes de automoción (44 por ciento).

Entre los motivos más comunes para cometer estos fraudes, los directivos encuestados apuntan la avaricia, el elevado ritmo de vida y las decepciones por la insuficiente progresión laboral dentro de la empresa.

El estudio dedica un epígrafe a la evolución del delito económico en las empresas radicadas en los países emergentes, los denominados E-7 (Brasil, China, la India, Indonesia, México, Rusia y Turquía), donde se contabilizaron el 45 por ciento del total de pérdidas (1.900 millones de dólares, unos 1.300 millones de euros).

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