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Pet Shop Boys: "La gente arriesgaba en los ochenta; hoy todo parece prefabricado"

El grupo británico abre hoy en Barcelona y mañana en Madrid la temporada de conciertos de verano

JESÚS CENTENO

No existe una pauta matemática, pero puede decirse que los revivals de la cultura pop llegan puntualmente a los 20 años del nacimiento del grupo, tiempo suficiente como para que una época cobre el encanto de lo lejano. Pet Shop Boys, que pertenecen descaradamente a los ochenta, rechazan vivir del pasado. No quieren homenajes, ni tienen tiempo de mirar atrás. Llevan 25 años sobre los escenarios, pero todavía pueden decir que están 'demasiado ocupados en el presente' y defender que sus lanzamientos enriquecen aún más su legado. La banda regresa a España hoy, en el Poble Espanyol de Barcelona, y mañana, en el Palacio de Vistalegre de Madrid para demostrarlo y presentar Yes, su décimo álbum de estudio.

Yes es un álbum marca de la casa. En él mezclan canciones electrónicas accesibles sin renunciar a la experimentación y ofrecen pop ingenioso de melodías perdurables. 'El single, Love etc., tiene una producción especialmente limpia que renuncia a los arreglos. Tiene la energía de las canciones pop que buscábamos para la primera parte del disco', explica Tennant a Público. La segunda parte es una lucha contra las fórmulas establecidas. 'Siempre lo hemos hecho así, tanto en lo musical como en los directos y performances. Transgredimos para mantener nuestra dignidad intacta y no convertirnos en una farsa'.

No lo son. En Yes, Pet Shop Boys demuestran con elegancia e imaginación su comprensión del pop más allá del tiempo. El disco alcanzó el pasado marzo el número 1 de la lista de descargas digitales de iTunes en España. Además, la crítica lo recibió con brazos abiertos. The Guardian le dio su puntuación máxima. 'El suyo es el triunfo de su habilidad para el pop de entretenimiento, alegre y revolucionario', publicó el diario británico.

'En realidad, Yes suena a todo lo que hayamos podido hacer antes', insiste Tennant. En él toca la guitarra Johnny Marr (ex guitarrista de The Smiths) y Owen Pallet se encarga de los arreglos orquestales. Y se rodean de sabia nueva: Lady GaGa 'Si tuviese que apostar por una estrella para el futuro, sería ella' y Brandon Flowers, vocalista de The Killers, también colaboran en varios cortes con sus voces.

Según Tennant, el disco ha ganado enteros gracias a la cabina de producción, que esta vez no está ocupada por Trevor Horn sino por los chicos de Xenomania (consejeros de Girls Aloud, Sophie Ellis Bextor y Sugababes). 'Estábamos tan entusiasmados que nos pusimos en contacto con ellos para que produjesen el disco. Comprenden como nadie la esencia del pop electrónico y actualizaron nuestro sonido. Funcionó tan bien que hasta compusimos varios temas a medias, algo que ha sucedido muy pocas veces en nuestra carrera', relata el cantante.

Aunque su aporte al género haya tocado techo, Pet Shop Boys aún son capaces de componer sin tener que huir de sus propios tópicos. En marzo recibieron el Premio Especial a toda su carrera en los Brit Awards, pero a la banda no le gusta hablar de su legado y menos aún de la etiqueta de leyendas vivas. 'Un cuarto de siglo es mucho tiempo, pero nos queda cuerda para rato. Estamos muy agradecidos por estos premios, pero preferimos pensar que es un reconocimiento a toda la música pop, que siempre ha sido un estilo muy subestimado. De hecho, los Brit Awards suelen destacar exclusivamente a grupos de rock o a solistas tipo Paul Weller', ironiza Tennant.

Pet Shop Boys conoció la fama relativamente tarde: cuando lograron su primer éxito, Opportunities, Lowe tenía 26 años y había estudiado arquitectura; Tennant había entrado ya en la treintena y hasta entonces trabajaba como periodista musical en la revista para adolescentes Smash Hits. 'La gente nos pregunta sin parar cómo es tener un número 1', decía Neil por aquella época. 'Pero lo que de verdad se siente es, vagamente, nada. Es como tomarse una taza de té'.

El tiempo ha puesto las cosas en su sitio: 'Decíamos cosas así porque no nos tomábamos en serio. Nos inventamos a nosotros mismos. En los ochenta, la gente componía, creaba su propia imagen, se arriesgaba. Ahora, todo está dirigido y prefabricado por las revistas de moda. Lo cierto es que la música de baile se ha vuelto muy conservadora'.

Frívolos, irónicos, informales... El grupo que dignificó la música electrónica jamás claudicó en su idea: mover el esqueleto, pero también el cerebro. En todos sus trabajos hay crítica mordaz. En este disco, se centran en el consumismo y la obsesión por las celebrities: 'A la gente le gusta tener ejemplos claros de cómo se puede gastar un montón de dinero. A mí, el consumo sin fin me parece aburrido y superficial. Cuando hago zapping en casa, es deprimente dar con Cribs un programa de la MTV en el que los famosos muestran sus mansiones. Nuestra cultura está basada en la codicia. Ves a personas malgastando sus desorbitadas pagas en tomar vino caro en un club nocturno. Se veía venir que esto acabaría cayendo en picado'.

Así, su single Love etc, explica Tennant, es casi como un All you need is love o un Cant buy me love; es decir, un retorno a los Beatles. 'Desde hace 20 o 30 años, parece que en nuestra sociedad occidental sólo existe una única dirección: la que marca el dinero. Se potencia el consumo de cosas que no se necesitan. Nosotros reivindicamos la existencia de cosas inmateriales que nos hacen más felices, como el baile y el amor'.

La política también ha sido epicentro de su obra. En su anterior disco, Fundamental, no dejaron títere con cabeza. De Tony Blair a quien dedicaban la canción Im with stupid a Bush, retrataron a los culpables de la 'triste atmósfera del momento', causada por la utilización del miedo: 'Gran Bretaña quería crear unas nuevas tarjetas de identidad con toda la información de tu vida enlazada a una central de ordenadores. Según el Gobierno, si no hiciste nada malo, no tienes nada que temer. De esa manera se aseguraban de que no pudieras estar en contra. Si lo hacías, escondías algo, eras un criminal. Uno tiene derecho a conservar su espacio'.

En el single Love etc aparece la canción, We are all criminals now descartada para Yes, sobre la muerte del brasileño Jean Charles de Menezes, abatido por los disparos de la Policía británica, en julio de 2005, al confundirle con un terrorista. 'Fui del autobús a la estación/mientras sonaba la música en mi cabeza/Corrí a tomar el metro/La policía mató a alguien de varios disparos', dice una de las estrofas. 'La canción resume la forma en que este Gobierno trata a sus ciudadanos. Estamos sometidos a continua vigilancia y se nos trata como potencialmente culpables, como si fuéramos criminales', concluye el cantante.

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