La economía española, que sólo creció en el segundo trimestre el 1,8 por ciento interanual, registró en este periodo el primer retroceso de la inversión en doce años, debido principalmente a la caída en la destinada a la construcción.

Entre abril y junio, el avance de la economía fue de sólo el 0,1 por ciento, según confirmó hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE), que también apuntó un aumento interanual del empleo de sólo el 0,4 por ciento, lo que equivale a la creación de 69.400 puestos de trabajo en doce meses.

El débil crecimiento del segundo trimestre se debió a que la demanda interna sólo aumentó 1,5 puntos en un contexto de fuerte moderación del consumo de los hogares, que sólo subió 1,2 puntos, y de un retroceso de la inversión -el primero desde el primer trimestre de 1996- que fue de dos décimas.

Dicha bajada vino empujada sobre todo por la caída de la inversión en construcción, de hasta 2,4 puntos (la primera desde el segundo trimestre de 1996), mientras que el sector exterior volvió a registros positivos por primera vez desde el primer trimestre de 2001, con una aportación al crecimiento de 0,3 puntos.

Según el INE, estas cifras constatan que la economía española continúa en la senda de desaceleración iniciada hace un año "similar" a la que registran los países de la zona euro.

El consumo de los hogares se ha deteriorado como lo muestran las menores cifras de comercio al por menor, ventas de automóviles o carteras de pedidos, entre otros indicadores, en un contexto en el que la confianza de los consumidores sigue registrando sus niveles más reducidos.

La otra parte que completa la demanda interna, la inversión, experimentó una fuerte caída desde el crecimiento del 2,5 por ciento en el primer trimestre hasta la bajada del 0,2 por ciento, debido sobre todo por la destinada a la construcción, que presentó una tasa negativa del 2,4 por ciento frente al aumento de 0,3 puntos del periodo anterior.

El INE explicó que este descenso es consecuencia de una contracción más intensa en la inversión residencial, que cayó el 6,3 por ciento, frente al 1,1 por ciento anterior, mientras que la no residencial mantuvo su crecimiento en el 1,9 por ciento.

Además, la inversión en bienes de equipo se desaceleró desde el 5,2 hasta el 2,3 por ciento en un contexto de moderación de la producción industrial, mientras que la destinada a otros productos lo hizo desde el 6 hasta el 3,3 por ciento.

La aportación positiva de la demanda externa, la primera en siete años, ha sido posible en un trimestre en el que se moderaron tanto las exportaciones como las importaciones.

Así, mientras las ventas se desaceleraron dos décimas y crecieron el 4,1 por ciento, las compras al exterior se moderaron 1,8 puntos y sólo aumentaron el 2,3 por ciento.

En cuanto a la actividad, la de la construcción volvió a registros negativos, del 1,9 por ciento, mientras se aceleró la caída de la industria, del 2,8 por ciento, y sólo las ramas energéticas (4,8 puntos), servicios (3,7) y actividad agraria (1,9 puntos) registran tasas positivas.

Según el INE, el crecimiento interanual del empleo se redujo en un punto, ya que sólo avanzó cuatro décimas, lo que equivale a la creación de 69.400 puestos de trabajo a tiempo completo en un año, debido a la desaceleración del empleo en la industria y en los servicios y a la mayor caída en la construcción.

Del lado positivo está el aumento de la productividad, que fue del 1,4 por ciento, dos décimas superior al del primer trimestre.

En este segundo trimestre, la remuneración salarial aumentó el 5,5 por ciento, 1,3 puntos menos que en el trimestre anterior, debido a la desaceleración del empleo asalariado, con lo que el coste laboral por unidad de producto se desaceleró tres décimas hasta el 3,6 por ciento.

El aumento de la economía a precios corrientes fue del 5,3 por ciento, siete décimas inferior, con lo que el deflactor de la economía repuntó hasta el 3,4 por ciento, dos décimas más.