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Piden discriminación positiva a inmigrantes en educación, vivienda y sanidad

EFE

La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa invitó hoy a sus 47 Estados miembros a "poner en marcha o reforzar medidas de discriminación positiva para los inmigrantes subsaharianos", especialmente en los ámbitos de la educación, vivienda y sanidad.

A pesar de las legislaciones que sancionan el racismo y las discriminaciones, los países europeos no están en disposición de ofrecer un "trato justo" para el acceso a la sanidad, la educación, a una vivienda digna y un trabajo decentemente remunerado, reza la resolución adoptada hoy por 43 votos a favor y 2 abstenciones.

En el texto, la Asamblea llama a sanciones contra la ablación genital femenina por ser contraria a los derechos humanos, a la vez que pide "respetar las tradiciones religiosas y las prácticas culturales" de los inmigrantes subsaharianos.

Los problemas con el idioma también preocupan a los legisladores europeos, quienes proponen elaborar en cada país un fichero con especialistas de lenguas africanas para que los inmigrantes se puedan explicar ante las autoridades y se cumpla, así, el derecho a un intérprete.

El texto también propone hacer un seguimiento personalizado de los estudiantes inmigrantes para facilitar su retorno o su inserción profesional, así como la armonización de las legislaciones nacionales y la humanización de los centros de tránsito y retención.

Además se insta a la creación de un observatorio nacional de inmigración en cada día y un registro local de instalaciones de acogida a los inmigrantes.

El ponente del informe, el parlamentario conservador francés Jean-Guy Branger incidió en que la inmigración subsahariana ayuda a superar el "invierno demográfico" de Europa y en la necesidad de fortalecer los vínculos entre los países de origen y de acogida.

Ese es, para Branger, uno de los retos de Europa frente a esa inmigración, junto a la lucha contra las discriminaciones y el control de la economía clandestina.

Branger cifró en unos 40.000 los inmigrantes de Mali censados en Francia, otros tantos de la República Democrática del Congo en Bélgica, y 100.000 nigerianos en Gran Bretaña, pero indicó que hay que multiplicar estas cifras entre tres y ocho veces para calibrar la importancia real de esas comunidades en cada uno de esos países.

En el debate asomó la crisis actual alimentaria en muchos países en desarrollo causada por la fuerte alza de los precios de los alimentos.

Al respecto, el legislador socialista suizo Andreas Gross atribuyó ese aumento de precios a los biocombustibles, que, dijo, deberían producirse sólo con desechos.

"Los platos vacíos de África no deben servir para llenar los depósitos de nuestros vehículos", recalcó.

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