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Piernas inquietas en el embarazo pueden volver más tarde

Reuters

Por Frederik Joelving

Las mujeres con síndrome delas piernas inquietas (SPI) en el embarazo son más propensas avolver a padecer la condición después del parto, revela unestudio realizado en Italia.

El extraño trastorno causa sensaciones molestas en laspiernas al dormir que disparan una necesidad incontrolable demover las piernas para obtener alivio. Se desconoce su causa.

Un estudio previo del equipo italiano de Ospedale SanRaffaele, de Milán, había hallado que un cuarto de las mujeresdesarrollan los síntomas en algún momento del embarazo, unafrecuencia varias veces superior a entre el 5 y el 10 porciento de la población general, señaló el doctor MauroManconi.

El nuevo estudio, publicado en la edición en internet de larevista Neurology, fue una extensión de la encuesta previa.Luego de 6,5 años, los autores volvieron a contactar a las 207participantes para comparar la incidencia del SPI en las quenunca habían desarrollado los síntomas con las que sí loshabían padecido.

Casi el 25 por ciento de las 74 mujeres con los síntomas enel embarazo tenía SPI años después. Esas mujeres respondieronque sufrían el trastorno por lo menos tres veces por mes ocuatro veces en dos meses.

En cambio, menos del 8 por ciento de las mujeres sinsíntomas en el embarazo tenían SPI.

"Podemos confirmar la naturaleza de los síntomas, pero lesadvertimos a las embarazadas que el SPI puede reaparecer añosmás tarde", dijo Manconi a Reuters Health.

El experto añadió que el diagnóstico no es sencillo porqueno existen signos biológicos definidos. El tratamientotradicional, con fármacos dopaminérgicos, nunca se probó enembarazas e interferiría con el desarrollo fetal o con laproducción de leche materna.

"Antes de considerar el uso de fármacos, los médicosdeberían conversar con las mujeres sobre la naturaleza benignadel síndrome y la casi certeza de que los síntomas desaparezcancon el parto", dijo Manconi.

"Además, deben explicarles que los días estresantes, lacafeína, la deficiencia de hierro y la ansiedad agravan lacondición", agregó el autor.

Pero algunos expertos son escépticos sobre los nuevosresultados.

"No hay motivo para pensar que las cifras halladas estánagrandadas", dijo el doctor Steven Woloshin, de la Escuela deMedicina Dartmouth, en New Hampshire, quien añadió que losresultados deben replicarse en otros centros.

Woloshin aclaró que, actualmente, no se considera eltratamiento farmacológico a menos que los pacientes hayantenido por lo menos 15 episodios por mes, mucho más que loconsiderado en el estudio.

Y aun en esos casos, la terapia estandarizada (ropinirol oRequip) no da muy buen resultado.

De hecho, según una escala de 40 puntos sobre la gravedadde los síntomas, un estudio demostró que el uso de esosfármacos proporciona alivio apenas 4 puntos más que elplacebo.

"El beneficio no es muy grande y el fármaco provoca muchosefectos adversos", entre ellos náuseas, mareos y somnolencia,dijo Woloshin.

FUENTE: Neurology, 2010

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