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Pijos de día, ladrones de noche

Detenidos cuatro niños bien que robaban en chalés para sentir un 'subidón'

ÓSCAR LÓPEZ FONSECA

No planeaban sus robos. Simplemente, se reunían de noche a tomar copas y, si les apetecía, se iban a robar. Ni siquiera lo hacían para conseguir dinero. Todos ellos eran hijos de familias acomodadas de localidades de la periferia de Madrid. La Guardia Civil ha detenido en las últimas semanas a A.O.G., G.G.B., F.G.A. y A.M.M., todos ellos de entre 18 y 21 años de edad, como presuntos autores de 28 robos en viviendas. Al ser arrestados, confesaron que los cometían para experimentar un 'subidón de adrenalina'.

La investigación policial se inició el pasado mes de abril, después de que la Guardia Civil detectase un incremento considerable en el número de denuncias de robos en viviendas cometidos cuando sus propietarios dormían. Los autores elegían al principio pisos bajos, de fácil acceso, aunque poco a poco se fueron envalentonando y, en su búsqueda de nuevas sensaciones, comenzaron a asaltar viviendas unifamiliares, a las que uno de los integrantes de la banda accedía por la segunda planta tras trepar por la fachada. Una vez dentro, franqueaba el acceso al resto del grupo tras abrirles la puerta principal.

Los jóvenes se llevaban los objetos de valor que encontraban, principalmente, en la zona del salón, como pantallas de televisión, ordenadores, teléfonos móviles, relojes y consolas. A veces le añadían un poco más de riesgo al robo y penetraban en los dormitorios ocupados para sustraerles joyas y dinero. 'Si oían el menor ruido, huían', señalan fuentes de la Guardia Civil.

Parte de los objetos robados los regalaban a amigos. Otros, los revendían a personas de su entorno por precios irrisorios. 'Una televisión de 1.900 euros se la entregaron a un familiar a cambio de 200 euros', detallan fuentes de la investigación, que recuerdan que ninguno de ellos necesitaba dinero, ya que pertenecen a familias con un alto poder adquisitivo. Otra parte del botín lo colocaban en tiendas de una cadena de compra venta de objetos usados. El más joven del grupo era el encargado de hacerlo, para lo que se valía del DNI de otra persona. Esa fue la pista que llevó a la Guardia Civil hasta ellos.

Los cuatro jóvenes se conocieron en la zona de copas de Majadahonda (Madrid), aunque algunos de ellos vivían en otras localidades cercanas. Allí se seguían reuniendo de noche y allí decidían salir a robar sin planificar dónde y cuántas veces. Algunas de sus víctimas fueron sus propios vecinos.

Lo único que parecían tener previsto era el lugar en el que esconder los objetos robados. Uno de los ahora detenidos había conseguido con engaños que su vecina, de 83 años de edad, les facilitase las llave de un garaje. Allí recuperó la Guardia Civil pantallas de televisión, ordenadores, videoconsolas, móviles y diverso material electrónico.

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