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Portugal complica el futuro de Telefónica en Brasil

La CNMV lusa considera trucada la venta de títulos de la española

ANA TUDELA

El duelo entre Portugal y España no es sólo cuestión de los 22 señores que se enfrentarán a partir de las ocho de esta tarde en Ciudad del Cabo. La guerra ibérica se juega esta semana también en el terreno empresarial y la leña en las espinillas se oye ya desde la grada. Telefónica y Portugal Telecom (PT) se disputan la mejor operadora de móvil de Brasil, Vivo, en la que comparten el 60% del capital desde el año 2002. La española ha ofrecido a los portugueses 6.500 millones de euros por su 30%. El consejo de administración de PT está en contra, pero son los accionistas de la propia PT los que deben decidir en la junta de mañana.

La sensación de empate se mantenía hasta que, ayer, el árbitro bursátil portugués (la CMVM) dio por anulada la última jugada de Telefónica, un gesto que puede truncar las aspiraciones de la española de fusionar Vivo con su operadora brasileña de telefonía fija Telesp.

¿Cuál es esa jugada? Telefónica, accionista de PT desde 1997, sorprendió al mercado la semana pasada vendiendo la mayoría de su participación, un 8% de la teleco lusa, y conservando tan sólo un 2%. El riesgo de que la mesa de la junta de PT le impidiese ejercer el voto por el conflicto de intereses era demasiado alto teniendo en cuenta que, en esta junta, todo voto cuenta, por lo que optó por vender.

Los portugueses, encabezados por el presidente de PT, Zeinal Bava, no tardaron ni 24 horas en señalar la operación como una falsa venta, por la que Telefónica habría aparcado sus títulos temporalmente para esquivar el veto y votar a través de otros. La CMVM piensa igual. En un comunicado hecho público ayer, el regulador bursátil considera que '71,5 millones de acciones (...) registradas para votar en la junta deben seguir considerándose de Telefónica'. Y añade: 'Teniendo en cuenta la proximidad, se informa al presidente de la mesa para los efectos que considere adecuados'. Es decir, que si el presidente de la mesa pensaba vetar a Telefónica, que no se limite a su 2%, sino también al 8% vendido.

El argumento definitivo para la decisión de la CMVM ha sido que Telefónica, al tiempo que vendía las acciones de PT, compraba instrumentos para asegurarse la recuperación no de las acciones pero sí de su valor en bolsa para poder recomprarlas. El motivo, según la española, es que en su última oferta por Vivo incluyó la posibilidad de que PT sacase a la española de su capital comprándole su 10%. Como ya no lo tiene, cumplir con la oferta, si se revaloriza la acción, podría salirle caro a Telefónica.

Con los socios portugueses entregados a la causa, ya sea motu proprio (como el Banco Espirito Santo o como Ongoing), ya sea por el mandato expreso en sede parlamentaria del primer ministro del país, José Sócrates (como la Caixa Geral de Depositos), Telefónica depende de los fondos internacionales, a quienes no podrá tentar con un dividendo extra que quiso que se votara en la junta de PT y que el presidente de la mesa también le negó.

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