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El PP no se pone de acuerdo en cómo echar a Zapatero

Cospedal habla de una moción de censura y Rajoy pide un debate en el Congreso

M. J. GÜEMES

El PP quiere que Zapatero abandone cuanto antes el Gobierno y se lo está pidiendo a gritos y de todas las maneras posibles. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, reclamó el pasado miércoles un adelanto electoral. Ayer, la secretaria general de los conservadores, María Dolores de Cospedal, aseguró que su formación no descartaba presentar una moción de censura porque el Ejecutivo socialista está 'noqueado'. Y Mariano Rajoy, desde Valladolid, no se decantó ni por una ni por otra fórmula. Para el jefe de la oposición lo que tiene que hacer su partido, por el momento, es 'plantear cosas útiles'. Ve más conveniente 'un debate nacional con Zapatero en el Congreso'.

A lo largo del día, varios dirigentes conservadores se inclinaron por una u otra opción. Pero todos tenían un mismo objetivo en mente: presionar al Gobierno.

A primera hora de la mañana, en una entrevista en la Cope, Cospedal aseguraba que su partido 'no descarta ninguna de las opciones recogidas en la Constitución' y que iba a trabajar 'en conseguir mayorías y apoyos suficientes para la aprobación' de sus propuestas'. Sonó más a amenaza que a realidad. Sobre todo porque después la mano derecha de Rajoy reconoció que es algo que 'no depende sólo de la voluntad del PP'.

A pesar de sus palabras, la cúpula del PP sabe lo arriesgado que es presentar un moción de censura y que esta se vuelva en su contra. Si el PP se lanzara a ello, no sólo debería proponer un nuevo presidente del Gobierno sino también un programa político propio. Y sin el apoyo del resto de grupos parlamentarios, Rajoy quedaría irremediablemente tocado.

Patxi López pide a Rajoy que siga el ejemplo del PP vasco

Por si ayer le quedaba alguna duda al líder del PP, tanto CiU como ERC y PNV mostraron su rechazo total a emplear este instrumento y dejaron claro que no apoyarían a Rajoy como candidato alternativo. El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, sostuvo que no habrá un Gobierno de derechas con los votos de su partido 'ni por acción ni por omisión'.

Lo cierto es que Rajoy siempre ha andado con pies de plomo sobre este asunto y no se ha mostrado muy partidario de emplear este instrumento. Además, siempre ha dicho que las mociones de censura 'no se comentan, sino se presentan'.

Pero Cospedal lo hizo a bombo y platillo. La número dos del PP no quiso, eso sí, hablar como Aguirre de elecciones anticipadas. Tampoco lo hace su jefe de filas, para quien eso siempre ha sido 'una decisión que depende del presidente del Gobierno'. Rajoy, en Castilla y León, dio con otra vía intermedia y dejó en evidencia a las dos. El líder del PP no quiso ir tan lejos como Aguirre o como Cospedal. Aunque se ve 'en condiciones de gobernar en cualquier momento', lo que hizo Rajoy fue retar a Zapatero a que comparezca en el Congreso para hablar sobre la crisis, informa Justino Sanchón.

El dirigente conservador quiere que lo haga para generar 'tranquilidad y certidumbre' a la sociedad y a los organismos internacionales. 'Está obligado porque los españoles quieren saber', dijo. A cambio le ofreció una 'posición constructiva'. Y le pidió que tenga 'coraje' y explique a los ciudadanos por qué deben asumir 'sacrificios'. A su juicio, 'cuanto más tarde en actuar, peor irán las cosas'.

Desde el Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, replicó con cierta ironía y atribuyó este eventual órdago del PP a su continua campaña 'irresponsable' para intentar 'desgastar' al Gobierno, informa Guillermo Malaina. 'Creo que el PP, por una vez, debería hacer el esfuerzo de contribuir con el Gobierno para que, entre todos, salgamos de la crisis y no utilizar todo de forma partidaria y electoralista', señaló desde Euskadi.

La dirección del PP sabe que la moción se podría volver en su contra

La vicepresidenta primera contó con el apoyo explícito del lehendakari, Patxi López, quien recomendó a la dirección nacional de los conservadores que siga el ejemplo del PP vasco, que, dentro de su pacto de estabilidad, contribuye en la búsqueda de 'soluciones a los problemas'. 'Desgraciadamente, en el resto de España el PP hace oposición por todo y para todo', lamentó López.

El vicepresidente tercero, Manuel Chaves, trató de cerrar ayer el debate. Según él, no hay 'ninguna necesidad' de convocar elecciones y afirmó que el Ejecutivo cumplirá su mandato. Para Cospedal hubo otro recado: que se preocupe de mostrar a los ciudadanos el modelo del PP para salir de la crisis 'porque nadie lo conoce'.

Principio del fin de Suárez
Estrategia de acoso del PSOE
En una situación económica de caos y con el ruido de sables de fondo, los socialistas divisaban el final del primer presidente de la democracia. Sin embargo, la moción de censura defendida por los socialistas en mayo de 1980 fue rechazada gracias a la abstención de Coalición Popular y Minoría Catalana. Suárez tardó sólo ocho meses en presentar su dimisión.

La iniciativa estéril
El fin de Hernández Mancha
Alianza Popular decidió que la mejor manera de presentar a su nuevo y desconocido líder era promoviendo una moción de censura abocada al fracaso, ya que en marzo de 1987 el PSOE gobernaba con mayoría absoluta. Antonio Hernández Mancha, entonces líder conservador, se presentó como alternativa a Felipe González. La matemática parlamentaria hizo fracasar la moción. Dos meses después y tras la derrota de AP en las municipales, Hernández Mancha dimitió. Comenzaba así la refundación del partido.

Cuestiones de confianza
El Gobierno pide respaldo
En el extremo opuesto a las mociones de censura están las cuestiones de confianza que presentan los gobiernos para apuntalar su posición. La primera de ellas fue presentada por Suárez el 16 de septiembre de 1980 con vistas a poner en marcha el Estado de las Autonomías y un programa de austeridad económica. Salió adelante después de que UCD lograra los apoyos necesarios. La segunda fue presentada por el Gobierno de González, que en abril de 1990 quería impulsar el Estado de las Autonomías y una economía que fuera competitiva en Europa. 

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