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El PP pone a Camps como ejemplo de "dignidad política" y exige a Rubalcaba que siga sus pasos

Los conservadores tratan de desviar la atención. 'Rubalcaba debería dar una chupadita de la misma medicina amarga que ha probado Camps' afirma González Pons

JORGE OTERO

'Camps ha dado una solución grande a un problema pequeño; ante un problema grande como es la traición a la Policía, aún esperamos que Rubalcaba dé una solución pequeña como es dar explicaciones. Debería dar una chupadita a la misma medicina amarga que ha probado Camps'. La frase de Esteban González Pons da perfecta cuenta de la nueva estrategia del PP: la del ventilador.

Una vez dimitido, el PP ya da por amortizado a Francisco Camps. Es hora de pasar página y en la calle Génova de Madrid (sede nacional del PP) piensan que lo mejor es desviar la atención: si Camps dimite, también deben hacerlo algunos dirigentes socialistas como Alfredo Pérez Rubalcaba o Manuel Chaves por el caso Faisán o el de los ERE'S en Andalucía.

El guión escrito por el PP es simple: Camps debe servir como vara de medir de 'la dignidad  política' y en ese sentido otros dirigentes socialistas, en especial el candidato Rubalcaba, deben seguir su ejemplo. 

Pero ese guión de repartir porquería a partes iguales tiene serios fallos, demasiadas elipsis. El PP ignora deliberadamente que Camps se ha resistido a dimitir durante dos años y cinco meses pese a las múltiples evidencias en su contra; que empleó toda clase tácticas dilatorias para evitar marcharse y que mintió a todos los ciudadanos.

Su memoria, selectiva, obvia que el socialista Mariano Bermejo tuvo que dimitir como ministro de Justicia por algo menos grave que un soborno: acudir a una cacería con el juez Garzón, algo de lo que la derecha hizo un casus belli.

Tampoco quiere recordar que ni Rubalcaba, ni Chaves, ni José Bono, ni siquiera José María Barreda —cuyo nombre ha salido a colación por el asunto de la deuda en Castilla-La Mancha— están acusados de nada, mientras que Camps va a ser juzgado acusado de aceptar un soborno (el famoso cohecho pasivo impropio recogido en el auto de acusación).

La estrategia de equiparar las responsabilidades políticas de Camps por aceptar un soborno con la de Rubalcaba en el caso Faisán —cuyo nombre ni siquiera aparece en el auto— o Barreda por una supuesta deuda oculta en Castilla-La Mancha ha sido esbozada este jueves por la mañana por varios dirigentes nacionales del PP: Federico Trillo, Esteban González Pons, Soraya Sáenz de Santamaría o el presidente de Cantabria, Ignacio Diego, han pedido a coro dimisiones en las filas socialistas.

Trillo, coordinador de Justicia del PP y auténtico muñidor de la estrategia seguida por el partido de la derecha en la trama Gürtel, fue claro en RNE: 'Entre la sentencia de conformidad o la dimisión para seguir defendiendo su posición, optó por la dignidad'. Un acto, según Trillo, con el que el Molt Honorable ha querido 'evitar parecerse al PSOE del chivatazo'.

En concreto, el conservador aludió a Alfredo Pérez Rubalcaba que 'se niega a asumir su responsabilidad' en el caso Faisán. Tampoco faltó una alusión al presidente de Andalucía con el tema de los EREs o al expresidente castellanomanchego José María Barreda que 'ha dejado una deuda por el triple del valor que había anunciado públicamente'.

'Ha sacrificado todo eso para poder defenderse y demostrar que no ha mentido, y que sobre todo no tiene ningún apego al poder y no va a perjudicar la honorabilidad de la Generalitat, de su propio nombre ni la del PP', añadió Trillo en una loa permanente al ya expresidente valenciano, que será juzgado en otoño.

Pons: 'Ya me gustaría a mí que Camacho o Griñán tuvieran la altura de la dignidad política que ha puesto Camps'

Idéntico camino siguió en sus declaraciones González Pons, el de alabar a Camps, defender su inocencia y pedir responsabilidades al PSOE por otras cuestiones: 'Ya me gustaría a mí que Camacho o Griñán tuvieran la altura de la dignidad política que ha puesto Camps'. 

Y para terminar este triple ataque, Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz de los conservadores en el Congreso. La conservadorra tampoco se saltó el guión preestablecido y de su boca salió otra vez la palabra 'dignidad' junto al nombre de Camps, y junto a éste, el del candidato socialista: 'Si el señor Camps ha tomado esta decisión por tres supuestos trajes, yo espero que el señor Rubalcaba y el señor Camacho actúen en consecuencia por tres procesados por colaboración con banda armada'.

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