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Un premio contrael totalitarismo

'Las serpientes ciegas' gana el Nacional de Cómic

GUILLAUME FOURMONT

El año 1939 no fue sólo una fecha clave en la historia del siglo XX por acabar la Guerra Civil española o arrancar la II Guerra Mundial. Aquel año pasará como la victoria del totalitarismo: Franco impone su terror personal en España, Hitler es uno de los hombres más fuertes del mundo y la Gran Depresión transforma a EEUU en una tierra de miseria. También es el año en el que John Steinbeck publica Las uvas de la ira.

Las serpientes ciegas (BDBanda Ediciones), obra con la que el guionista Felipe Hernández Cava y el dibujante Bartolomé Seguí fueron galardonados ayer con el Premio Nacional de Cómic, arranca también en 1939. El álbum sigue los pasos de un hombre vestido de rojo que, en el calor del verano de Nueva York, busca a un tal Ben Koch. Ambos tienen cuentas pendientes. Ben, militante del naciente Partido Comunista de EEUU y alistado en el bando republicano lleva desaparecido desde una noche de 1936.

'No es un libro sobre el conflicto español', insiste Hernández Cava a Público. Con las barricadas, las trincheras y la crisis económica en EEUU como telón de fondo, Las serpientes ciegas trata sobre los ideales perdidos, del engaño de las ideologías que prometen un mundo mejor, y del fascismo que siempre amenaza. 'El libro va más allá de un mero reflejo de la Guerra Civil', explica el guionista, 'es una intriga que muestra el horror que engendran las ideologías totalitarias. Un libro contra las utopías que se transforman en monstruos y que cuestan la vida de miles de inocentes'.

Hernández Cava (Madrid, 1953) y Seguí (Palma de Mallorca, 1962) ya se conocían por haber trabajado juntos en anteriores proyectos, aunque la historia de Las serpientes ciegas nace en un libro de ambos: fotografías de Berenice Abbott del Nueva York de los años treinta. 'Tenía ganas de dibujar un álbum que implicaría la recreación de una época', cuenta Seguí.

En este cómic, el dibujante abandona su tradicional blanco y negro. 'Este trabajo implicó un cambio de estilo para mí, porque para conseguir esa sensación de realidad de los años treinta, sólo utilicé un lápiz; se escaneó el dibujo y luego se pintó con color digital respetando ese tono de cera que expresa lo antiguo', explica.

Tras Arrugas, de Paco Roca, y por segundo año consecutivo, el Ministerio de Cultura recompensa un trabajo español que primero fue publicado en Francia. 'Antes de pensar en la historia, mi intención era publicar una obra para el mercado francés; quería conquistarlo es la meca del cómic', confiesa Seguí.

Hernández Cava no suele acudir a las editoriales francesas para publicar su trabajo, aunque reconoce que 'en España carecemos de una industria que permita a los autores vivir dignamente. Existen dos salidas posibles: o trabajar con las editoriales de EEUU y los superhéroes, o Francia, donde las tiradas son más amplias y los sueldos para los autores, mayores', analiza el guionista.

De nuevo en plena crisis económica, 70 años después del año 1939, Las serpientes ciegas habla de 'todos esas personas que los políticos ignoran', concluye Hernández Cava.

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