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Los principales cambios de la reforma sanitaria de EEUU

Freno a los abusos de las aseguradoras

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Cobertura universal
El sistema se queda en manos privadas

Gracias a la reforma, unos 32 millones de estadounidenses tendrán acceso a un seguro médico, un gran paso hacia la cobertura sanitaria universal. Aún así, 15 millones de inmigrantes sin papeles seguirán excluidos. Además, a diferencia de lo que ocurre en los países de la UE, el sistema sanitario continuará en manos privadas en vez de ser público y estar administrado por el Estado, como Barack Obama y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (abajo), pretendían en un primer momento.


A partir del sexto mes desde la aprobación de la ley, las compañías de seguros no podrán excluir a los pacientes enfermos. Esta es una práctica frecuente en la actualidad, ya que como la mayoría de los seguros son sufragados por las empresas, cuando un trabajador cambia de empleo cambia a la vez de seguro y si sufre un trastorno crónico es posible que la compañía aseguradora le niegue la cobertura, obligándole a sufragar de su bolsillo los costes médicos. Tampoco podrán poner límites de por vida a determinadas pólizas, como solían hacer.


Todas las compañías deben ofrecer a los padres la posibilidad de que sus hijos figuren en el plan de seguro que tengan contratado hasta el día de su vigesimosexto aniversario. Hasta ahora, los hijos perdían automáticamente ese derecho al cumplir 19 años o al graduarse en la universidad. Además, no podrán negar la cobertura sanitaria a un menor que sufra un trastorno crónico o tenga una predisposición genética a ciertas enfermedades.


Hasta ahora, muchas compañías de seguros obligaban a pagar el 50% de todo lo considerado como medicina preventiva. Es decir, pruebas comunes en España -como las citologías y las mamografías realizadas a las mujeres para prevenir el cáncer de cuello de útero y de mama o los examenes rectales para evaluar la salud de la próstata en los hombres- quedaban a menudo fuera de la cobertura sanitaria de los estadounidenses. Desde el 1 de enero de 2011, todos estos tests de detección precoz deberán estar incluidos sin coste extra en la póliza.


Actualmente, los ciudadanos de EEUU pueden elegir si contratan o no una póliza, pero a partir de 2014 eso ya no será posible. Exceptuando aquellos sin ingresos o ingresos muy bajos (quienes ya están cubiertos por Medicaid), los demás estarán obligados a tener un seguro. En caso contrario, se les impondrá una multa de como mínimo 695 dólares (513 euros) o el 2,5% de sus ingresos. Las compañías aseguradoras serán sancionadas si se descubre que han incumplido alguna de las obligaciones citadas y si destinan más del 15% de las primas a gastos administrativos y de márketing.


Medicare, el programa gubernamental para dar cobertura sanitaria a los mayores de 65 años, no cubre el gasto en medicamentos por encima de los 2.700 dólares anuales. Desde el año que viene, el Estado subvencionará el 50% de los fármacos una vez se rebase ese límite y prevé sufragar su totalidad en 2014. Además, las familias de cuatro miembros con ingresos hasta 88.000 dólares anuales recibirán subvenciones para pagar medicamentos.


La ley obliga a hacer públicas las relaciones financieras entre hospitales y facultativos con los proveedores de instrumental médico y las compañías farmacéuticas. Además, se creará un instituto que comparará la efectividad clínica de los tratamientos.

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