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El Príncipe entrega los Premios Valores Humanos, garantía de paz y progreso

EFE

El Príncipe de Asturias ha expresado hoy el apoyo de la Corona a unos premios como los de Vocento, que, en las personas del jesuita Enrique Figaredo y el músico Daniel Barenboim, reconocen los valores humanos como "la mejor garantía para asegurar la paz, la justicia, el progreso y la convivencia".

Don Felipe, acompañado por la Princesa de Asturias, ha entregado esos galardones en su undécima edición en un emotivo acto celebrado en el salón Goya de la Real Fábrica de Tapices de Madrid, en el que Figaredo, que ha dedicado su vida a defender a los pobres y mutilados en Tailandia y Camboya, ha estado representado por su madre, Ana Alvargonzález.

El Heredero de la Corona, que con sus palabras ha puesto fin a la ceremonia de entrega, ha tenido este mediodía un recuerdo muy especial para su abuelo, el Conde de Barcelona, al cumplirse hoy el decimoquinto aniversario de su muerte.

De acuerdo con el Príncipe, que al igual que Diego de Alcázar, presidente del Grupo Vocento que concede las distinciones, ha glosado las grandes merecimientos de los galardonados, "todos debemos sentirnos involucrados" en la defensa de los derechos humanos.

Ha añadido Don Felipe que ejemplos como los premiados son los que "nos estimulan para luchar contra la violencia, la injusticia, la pobreza, la desigualdad o la intolerancia" y nos hacen creer en que es posible "la construcción de un mundo cada vez más complejo, pero también más ávido de libertad, concordia y solidaridad" para combatir el peligro de deshumanización.

El Príncipe y Alcázar han recordado que desde 1985 el hoy prefecto apostólico de la región camboyana de Battambang, Kike Figaredo, ha "abierto nuevas oportunidades a tantas vidas desgarradas por la crueldad, la miseria y el infortunio", según Don Felipe, y ha conseguido que vuelva a ellos la sonrisa y la esperanza, como pudo comprobar la Reina en el viaje que realizó el pasado mes de febrero.

Ana Alvargonzález, en nombre de su hijo, ha subrayado que gracias a este premio se conocerán los grandes retos que existen en grandes zonas de Asia y África, principalmente, y se difundirá la labor de muchos equipos en favor de los más necesitados.

Los elogios para Barenboim se han centrado en su labor para lograr la paz y reconciliación entre palestinos e israelíes, por un método muy especial, la música.

Dirige la orquesta en la que hay instrumentistas israelíes, palestinos, jordanos, sirios, libaneses o egipcios, que le hizo merecedor hace casi seis años, junto a Edward Said (estadounidense de origen palestino), del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

El pianista y director de origen israelí ha agradecido el apoyo de España a la Orquesta que fundó con Said y ha abogado una vez más por que las relaciones de los seres humanos sean como las de los músicos; que cada uno se vea obligado a dar el máximo sin dejar de pensar que también se tiene que oír al otro.

Además, y cuando se cumple este año el 60 aniversario de la independencia de Israel, ha asegurado que la única solución entre palestinos e israelíes es una alianza entre los pueblos. "No podemos escondernos detrás de las relaciones políticas", sino que cada uno debe hacer lo suyo porque es un conflicto humano.

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