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La producción industrial de Francia se derrumba por los coches

Reuters

La producción industrial de Francia sufrió una reducción anual récord en octubre, arrastrada por la alicaída industria del automóvil, empeorando aún más el panorama para la expansión general del cuarto trimestre.

La producción se derrumbó 7,2 por ciento en términos anuales, la mayor caída desde enero de 1991, cuando comenzó la serie de datos, dijo el miércoles el INSEE, la oficina de estadísticas nacionales.

El número mensual descendió 2,7 por ciento, el mayor declive desde mayo y mucho peor que el consenso de las proyecciones, de una reducción de 0,6 por ciento.

"Es una catástrofe. Yo creía que tendríamos una caída grande, pero obviamente no imaginaba que sería tan catastrófica", dijo Dominique Barbet, economista de BNP Paribas.

"Yo había proyectado un -0,5 por ciento (para la evolución del Producto Interior Bruto en el cuarto trimestre), pero ahora tendremos que considerar una revisión a la baja", añadió.

La economía francesa se expandió sólo 0,1 por ciento en el tercer trimestre y los economistas prevén ampliamente que la actividad entre en recesión el próximo año.

La producción de la vapuleada industria automotriz se redujo un 14,3 por ciento, el mayor declive desde agosto de 1999. Las firmas suspendieron la producción en muchas fábricas tras un desplome de las ventas.

"El problema principal es el sector automotriz. Con el cierre de fábricas en diciembre y enero, la reducción podría alcanzar un 20 o 25 por ciento mensual, lo que es realmente enorme", dijo Alexander Law, economista de la consultora Xerfi.

El Gobierno estima que la industria automotriz de Francia representa un 10 por ciento de la fuerza laboral, o unos 2,5 millones de empleos.

La segunda mayor automotriz de Francia, Renault, ya ha dicho que recortará 6.000 puestos en toda Europa, y está cerrando muchos de sus sitios de producción durante la mayor parte de diciembre.

La semana pasada, el presidente Nicolas Sarkozy reveló un paquete de estímulo de 26.000 millones de euros (33.760 millones de dólares) para impulsar la economía, incluyendo medidas para favorecer al sector automotriz.

Otras naciones también enfrentan dificultades en esa industria, pues los consumidores prefieren reparar sus coches viejos antes que gastar en vehículos nuevos.

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