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El PSOE busca socios para superar su soledad parlamentaria

Los grupos temen que pactar con el Gobierno en plena crisis les pase factura

LUIS CALVO

La apuesta, expresada por Zapatero a principios de la legislatura, de gobernar 'sin hipotecas' empieza a resquebrajarse. Entonces la idea era alejarse de los nacionalistas aún a costa de tener que ser investido en segunda vuelta. Hoy, sólo un año después de que los socialistas consiguieran revalidar en las urnas su Gobierno, la independencia proclamada por los socialistas se acerca peligrosamente a la debilidad.

La llegada de Patxi López al Gobierno de Euskadi amenaza la estabilidad del Ejecutivo. Con el PNV fuera de Ajuria Enea, los socialistas pierden en Madrid seis votos imprescindibles para lograr la mayoría parlamentaria. Además, la derrota del bipartito en Galicia aleja de la órbita socialista al BNG, su otro puntal en el Congreso. No en vano, el Gobierno se apoyó en los nacionalistas vascos y gallegos para levantar el veto a los últimos Presupuestos.

La primera alternativa del PSOE ha sido acudir a los catalanes. Aunque no al máximo nivel, fuentes de CiU reconocen que los socialistas empiezan a tantear la posibilidad de un acuerdo. Será difícil. En la federación destacan que su situación es idéntica a la del PNV: a pesar de ser la fuerza más votada, están fuera de la Generalitat por expreso deseo de los socialistas.

El reequilibrio de alianzas se produce además en el peor momento, con una crisis que ahoga día tras día las peores previsiones del Ejecutivo. Así las cosas, todos los grupos coinciden en que apoyar a Zapatero en plena tormenta económica supone asumir parte del naufragio.

Los catalanes aún recuerdan cuando en 1993 ayudaron al Gobierno socialista a afrontar la crisis. Dos años más tarde perdieron la mayoría absoluta en Catalunya.

El escollo de los Presupuestos

Así las cosas, el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, parece apostar por una suerte de 'geometría variable' buscando en la cámara apoyos para cada medida. El problema podría llegar cuando sea necesario buscar alianzas de cara a los Presupuestos de 2010. Aunque el socialista Ramón Jáuregui cree que es pronto para hablar de ello, otros grupos lo consideran el mayor escollo al que se enfrenta el PSOE. Un veto del resto de las fuerzas obligaría al Gobierno a prorrogar unas cuentas, las de 2009, ya desfasadas ante el avance de la crisis. Tanto Joan Ridao (ERC) como José Luis Ayllón (PP) coinciden en que, llegado el caso, sería imprescindible la convocatoria anticipada de elecciones.

En el PP, sin embargo, se muestran escépticos de que se pueda llegar a esos límites. Con la Presidencia europea de España a la vuelta de la esquina, Ayllón cree que los socialistas cederán todo lo posible con tal de conformar una mayoría parlamentaria que les de estabilidad. Para ello, el portavoz del PP no descarta que el PSOE ofrezca a CiU un acuerdo en Catalunya para que en 2010 gobierne la lista más votada.

Incluso así, todos los grupos coinciden en que, tras una 'larga lista de incumplimientos', los socialistas necesitarán recuperar su credibilidad. 'Zapatero ha pasado de ser visto por todos como el hombre del talante a ser temido como el gran embaucador', resume un diputado.

Grandes acuerdos
Extender el pacto vasco
En plena búsqueda de aliados, los socialistas han fijado su mirada también en el PP y exploran la posibilidad de extender el pacto de Euskadi a la gobernabilidad del país. Dentro del grupo creen que el acuerdo en política antiterrorista podría servir de base para esbozar otros grandes acuerdos que afecten a reformas de gran calado. En este sentido cobra especial importancia la crisis. Ramón Jáuregui, secretario general del grupo socialista, cree que hay margen de maniobra. A su juicio, a los conservadores también les interesa empezar a pulir la imagen de oposición agresiva de los últimos años. “La ciudadanía exige que trabajemos juntos para salir de una situación muy grave”, reclama. En todo caso, en el grupo consideran que un acuerdo de esa envergadura podría fraguarse sólo una vez superadas las elecciones europeas. Los conservadores, mientras, lo ven aún más lejos. “No es cuestión de tiempo, sino de actitud”, asegura José Luis Ayllón, secretario general del PP en el Congreso. Según los conservadores se puede pactar en aquello en lo que el PSOE “se instale en lo razonable”. En política económica, mantienen, eso supondría la “enmienda a la totalidad de cinco años de Gobierno”.

Políticas sociales
'Quid pro quo'
Con la economía resuelta gracias a los catalanes, el Gobierno confía en las fuerzas de la izquierda para cosechar apoyos suficientes para aprobar las medidas sociales. El argumento es muy parecido. Los socialistas están seguros de que el grupo formado por ERC, IU e ICV (cinco diputados) no renunciará a ciertos logros sólo por desmarcarse del Gobierno ideológicamente. La mayoría absoluta se completaría con los dos diputados del BNG. Un ejemplo claro, exponen, es la nueva ley del aborto. Pese a los desencuentros que hayan podido tener en cuestiones económicas, los socialistas cuentan con el apoyo cerrado del sector más progresista de la cámara. Pero en la izquierda empiezan a ser conscientes de su poder para formar mayorías. “Exigiremos cierta reciprocidad”, explica el republicano Joan Ridao. En el grupo aseguran que los apoyos puntuales en materia social deberán incorporar compromisos en otros campos. Sobre el apoyo de ERC pesa además la cuestión catalana. Una financiación insuficiente podría alejar aún más a los republicanos del PSOE. El BNG, por su parte, sigue lamiéndose la heridas del 1-M. La estrategia del PSdeG para culparlos de la derrota complica un pacto en Madrid.

Economía
Desconfianza del PSOE
Los socialistas no ocultan su deseo de que sean los catalanes quienes llenen, incluso en calidad de “socios más o menos estables”, el vacío que previsiblemente dejará el PNV. Sus diez diputados devolverían por sí solos la estabilidad al Gobierno. La posibilidad de una alianza a largo plazo, sin embargo, parece difícil. Desde la federación no quieren unir su destino a un Gobierno “inmovilizado ante la crisis” sin obtener a cambio más que promesas. Según Pere Macías, portavoz adjunto del CiU, el PSOE se ha ganado la “fama de no cumplir sus compromisos”. Desechada la primera opción, desde el PSOE no descartan poder conseguir el apoyo de los catalanes en cuestiones económicas. En el PSOE apelan a la responsabilidad de la federación en tiempos de crisis. “A CiU le resultaría muy complicado explicar a pymes, autónomos y a sus propias bases que vota en contra de iniciativas de lucha contra la crisis”, coinciden fuentes del Gobierno. Los catalanes, en cambio, no comparten el análisis. “Un Gobierno irresponsable y desorientado no puede pedir que se le apoye en pro de la estabilidad”, se queja Macías. “Si dan un giro en su política económica nos encontarán. Nosotros ya estamos allí”, zanja.

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