El Congreso se convirtió ayer en un laboratorio de ideas a izquierda y derecha del PSOE lanzadas al asalto del paquete de medidas de ajuste contra el déficit aprobado por el Gobierno. El cuidadoso eslalon del Grupo Socialista no le salvó de un segundo tropiezo parlamentario en la piedra de las pensiones.

Los socialistas se quedaron sin fuerzas para salvarse de la derrota en una propuesta firmada por IU-ICV que instaba al Gobierno a "evitar medidas unilaterales de reforma de las pensiones al margen del Pacto de Toledo". Este punto, segundo de una batería de nueve iniciativas defendidas en la tribuna por el ecosocialista Joan Herrera, le valió al PSOE su vigésimo segunda derrota en la Cámara de esta legislatura.

El pasado 25 de mayo, dos días antes de que el Congreso convalidara por la mínima un voto de diferencia los recortes contra el déficit, la oposición en bloque reclamó al Gobierno que no congele las pensiones. Esta demanda, como la de ayer, constituye un mandato con efectos políticos refleja la soledad del PSOE en este punto pero sin más consecuencias prácticas.

Fue este el único borrón socialista en un maratón de votaciones 15 en total en el que el grupo mayoritario se plegó a varias propuestas de la oposición para no volver a resultar herido. Así, los socialistas respaldaron la demanda de IU-ICV de "dar continuidad a la ayuda mensual de 400 euros a los parados que han agotado el subsidio de desempleo" y suscribieron dos iniciativas del grupo conservador. A instancias del partido de Rajoy, el PSOE apoyó la necesidad de "adoptar con urgencia un plan global frente a la crisis" y de llevar a cabo reformas estructurales sobre el mercado de trabajo, el sistema financiero y el modelo energético.