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Quienes cenan comida rápida no controlan el contenido calórico

Reuters

Por Anne Harding

¿Cuántas veces las personasse toman su tiempo para preguntarse cuántas calorías tiene suporción de papas fritas?

Casi nunca.

El equipo dirigido por Christina A. Roberto, de YaleUniversity, en New Heaven, Connecticut, determinó que sólo seiso una décima parte del 1 por ciento de 4.311 personas quecompraban comida en McDonalds, Burger King, Au Bon Pain oStarbucks leyeron la información nutricional proporcionada porel restaurante.

Eso demuestra que "la información nutricional debe estar enun lugar muy visible, como en una pizarra del menú. La forma enque se exhibe hoy no es una manera demasiado efectiva dedifundir ese tipo de información al público", destacó Roberto aReuters Health.

Muchas ciudades y estados están analizando legislar paraque las cadenas de restaurantes exhiban de manera visible elcontenido calórico de los alimentos. En Manhattan, restaurantescon 15 o más locales deben incluir en el menú la cantidad decalorías de cada alimento; California posee la misma ley.

Los restaurantes expresaron su oposición a ese tipo deleyes al argumentar que esos datos ya están disponibles paralos clientes que los solicitan; por ejemplo, en los sitios delas empresas en internet.

Pero sólo la mitad de las cadenas más grandes tienen esainformación disponible en sus restaurantes, precisó el equipoen American Journal of Public Health.

Para investigar con qué frecuencia las personas acceden aesa información cuando los restaurantes la proporcionan, elequipo observó los patrones de dos lugares distintos de cadacadena de restaurantes en Upper West Side de Manhattan, NewHaven y los suburbios de Connecticut.

Los autores consideraron que los clientes habían leído lainformación nutricional si habían caminado hasta un póster paraleerla, habían tomado un panfleto o tocado la pantalla de unacomputadora que ofrece Au Bon Pain para proporcionarinformación nutricional.

En McDonalds, donde ambos locales tenían pósteres coninformación nutricional y uno ofrecía panfletos, sólo dospersonas controlaron esa información antes de comprar algo yotros dos leyeron la información después de su compra.

Tres clientes de Burger King leyeron el póster nutricionaly un cliente de Au Bon Pain usó la computadora. Ninguno de losclientes de Starbucks tomó un panfleto nutricional.

Los estadounidenses consumen gran parte de sus comidas enrestaurantes y estudios previos han demostrado que las personasno suelen prestar atención a la cantidad de calorías queconsumen en esos restaurantes, que suelen ofrecer porcionesgrandes.

Las etiquetas en el menú ayudarían a que los clientespiensen dos veces antes de hacer su pedido, opinó Roberto, y aque elijan la comida más saludable.

"Lo más importante es que les proporcionan a los clientesinformación a la que realmente tienen derecho a acceder",agregó.

FUENTE: American Journal of Public Health, mayor del2009.

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