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Rajoy confirma que agotará la legislatura ante un PP de Madrid dividido

El presidente del Gobierno asegura que la vocación de Aguirre no conoce 'ni descanso ni retiro' y Botella pide que no se haga del partido una 'plataforma para intereses personales'

ANA PARDO DE VERA

Todos sentados en la misma mesa por primera vez desde que afloraron las tensiones en el PP de Madrid durante y -sobre todo- tras la dimisión de Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad de Madrid. Mariano Rajoy, Ana Botella, Ignacio González y la propia Aguirre protagonizaron ayer en el municipio de Arganda del Rey la cena-mitin que el PP de Madrid ofrece todos los años a sus militantes y simpatizantes.

El año pasado, unas semanas después de ganadas las elecciones generales, el evento se celebró en Getafe en medio de la euforia general, aunque el recién investido presidente del Gobierno -había tomado posesión ese mismo día- canceló su asistencia en el último momento y envió a sus filas madrileñas a través de un mensaje televisado. Este año, por tanto, era el primero en que Rajoy acudía al acto navideño como jefe del Ejecutivo y, además, que Aguirre lo hacía sólo en calidad de presidenta del PP de Madrid, sin la Presidencia regional.

Los discursos de los cuatro dirigentes conservadores, aunque muy en clave navideña, dejaron constancia con pequeñas píldoras de las tensiones que sobrevuelan entre el partido y el Gobierno central, el Gobierno central y el de la Comunidad de Madrid o éste y el Ayuntamiento de la capital, con la lucha soterrada por coger el testigo de Aguirre y además de las siempre presentes crisis económica y las pretensiones soberanistas de la Generalitat catalana.

Rajoy, el último en intervenir doblando el tiempo de quienes le precedieron, hizo un llamamiento a la unidad y al 'entendimiento' en los momentos difíciles, en clara alusión a los gobernantes catalanes de CiU, que acaban de alcanzar un pacto con ERC, que incluye la consulta soberanista y a los que el Gobierno amenaza con acusarlos de sedición. Ya al final de su intervención, el presidente del Gobierno recurrió al argumento que ha esgrimido en los últimos días y calificó de 'tremendo' que mientras en Europa se apela a la 'unión bancaria, fiscal y política', en España se esté haciendo un llamamiento a la 'desunión'.

El jefe del Ejecutivo sí tuvo palabras de agradecimiento para los suyos: a Botella la calificó de 'magnífica alcaldesa' y 'excelente gestora'; de González argumentó que era consciente de que le habían dejado el 'listón muy alto', pero que estaba gestionando la Comunidad con mucha 'sensatez y capacidad'. Sin duda y a tenor de alguna risa entre las mesas que reunían a un millar de asistentes (25 euros el cubierto), lo mejor llegó cuando Rajoy agradeció a Aguirre su 'vocación de servicio, que no conoce descanso... ni retiro'. El presidente del Gobierno se refirió en la defensa de su gestión a los 'tres años completos' que restan de legislatura, descartando de plano un adelanto electoral.

La expresidenta de la Comunidad de Madrid, muy elogiosa con las políticas de Rajoy, hizo un llamamiento a su partido para seguir en su línea de 'sensatez y patriotismo', pues mientras los socialistas 'dan alas a nacionalistas y separatistas', el PP es el único partido que garantiza 'el cumplimiento de la Constitución Española y la ley'. Sobre las medidas del Gobierno central, autonómico y local, Aguirre reconoció que no es una 'tarea ni fácil, ni cómoda, ni agradable, pero es lo que hay'. Mientras afuera se oían los gritos de varias decenas de personas protestando por los recortes y la privatización de la Sanidad con gritos de '¡Dimisión!', la número uno del PP de Madrid expuso su sensación de que cree que los conservadores no están 'decepcionando a los españoles' con sus reformas.

En la misma línea se expresó su sucesor, que inició su discurso alabando a su mentora -puesta en pie para saludar y agradecer los aplausos- y asegurando que 'sus principios son los míos'. Recurriendo constantemente al 'desgobierno' socialista, Ignacio González pidió a los presentes que no se dejasen 'engañar por el ruido de la calle', que cobró sentido literal porque los manifestantes anti-recortes seguían fuera. 'Aquí no se vende ni privatiza nada y nuestra sanidad seguirá siendo universal gratuita y de la máxima calidad', concluyó.

Ana Botella entró en tromba en su discurso para agradecer el apoyo del PP en su gestión por el esclarecimiento de la tragedia del Madrid Arena. 'Trabajo todos los días en ello', garantizó. Con todo, la alcaldesa de Madrid, durante un discurso leído íntegramente, tuvo palabras para su partido y pidió que éste no se usase como 'plataforma de intereses personales'. Es la hora de hacer 'Política con mayúsculas -aseguró Botella -, por encima de cualquier otra prioridad'.

Los militantes del PP degustaron un menú muy navideño, según fuentes del partido, compuesto de cuatro platos (migas, langostinos, ballotina y pastel de cabracho), postres variados, vino de Arganda y cava.

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