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Rajoy: "No van a conseguir amedrentarnos"

Eel PP arrancó en Ourense para combatir el efecto provocado por el cese de su cabeza de lista, que ocultó dinero a Hacienda | Rajoy cargó contra Fernández Bermejo y el juez Garzón.

MARÍA JESÚS GUEMES

El líder del PP carga contra Bermejo y Garzón y hace un símil futbolístico para explicar que su reunión en la cacería fue algo 'impropio' y 'un atentado contra la democracia'. 'Vamos a por todas', dijo ayer Mariano Rajoy desde Galicia. En su primera parada, en Ourense, el líder del PP confesó que los suyos comenzaban la campaña 'muy animados'. Fue un mensaje destinado a infundir ánimos a un partido que vive con preocupación cómo los casos de presunto espionaje y corrupción empañan su trabajo y amenazan con pasarle factura en las urnas.

Rajoy aprovechó sus primeros mítines para volver a cargar contra el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo y el juez Baltasar Garzón , que instruye el caso Gürtell . El líder del PP no pudo aportar pruebas de que entre ambos hubiera existido una conversación sobre este asunto porque, como dijo, él no estaba. Pero puso un símil futbolístico para que todo el mundo comprendiera que se trataba de algo 'impropio' y 'un atentado a la calidad de la democracia'. 'Es como si un árbitro pita tres penaltis a un equipo y al día siguiente nos enteramos de que estuvo cenando con el entrenador del equipo favorecido', reprochó. Además, apeló al 'mínimo pudor' para reclamar la dimisión de Bermejo.

Rajoy se volcará en las gallegas consciente de que es un examen inter

'Si alguien se cree que nos va a asustar o amedrentar, tiene un pequeño problema, porque no lo va a conseguir de ninguna de las maneras', proclamó. Al jefe de la oposición, que estaba en su tierra y arropado por sus paisanos, se le veía más cómodo que de costumbre. '¡Vamos a ganar', dijo en varias ocasiones. Él actuó en Amoeiro y en Bande, mientras el candidato conservador, Alberto Núñez Feijóo, lo hacía en Poio (Pontevedra) y Chantada (Lugo). Cada uno por su camino, porque el PP ha decidido realizar campañas paralelas. No quieren que se les escape un voto. Las encuestas que manejan les dicen que están cerca de la mayoría absoluta y que estos días van a ser decisivos. Rajoy lo ponía en evidencia: 'Sabemos que necesitamos tener al menos 38 escaños porque no nos enfrentamos a una fuerza política sino a dos (PSOE y BNG) que en teoría se van a volver a unir'.

En la hoja de ruta que se ha marcado el presidente nacional del PP, Galicia es una pieza clave. Los conservadores gallegos quieren que esta autonomía sea la primera piedra para 'la reconquista' del Gobierno central. Rajoy sabe muy bien que para él, además, es un examen interno porque hay muchos críticos, afilando sus cuchillos, a la espera de que se dé un batacazo. Por eso Rajoy dedicará gran parte de sus esfuerzos a visitar los pueblos gallegos en detrimento del País Vasco y de su candidato, Antonio Basagoiti.

Una brecha en Ourense

Ourense y Lugo son las provincias en las que el PP se juega las elecciones

Así, ayer, el líder del PP se paseó durante todo el día de la mano de la número uno por esta provincia, Carmen Pardo, y de José Luis Baltar, presidente del PP de Ourense y el mayor exponente del sector de la boina, grupo que representa a la derecha más rural. Con esa imagen, Rajoy trataba de lograr dos efectos. Primero, cerrar la brecha abierta la semana pasada cuando Luis Carrera, cabeza de lista de los conservadores ourensanos, era apartado del partido por ocultar a Hacienda grandes sumas de dinero. Y, segundo, movilizar el voto del interior, sobre todo los de Ourense y Lugo, los dos lugares donde pueden llegar a bailar más las cifras.

Rajoy trataba de resumirlo a su manera. 'Venir aquí significa un reconocimiento al PP de Ourense, donde siempre hemos tenido el apoyo de la inmensa mayoría de los ciudadanos'. Además se mostró 'honrado y orgulloso' por la compañía. Entre los asistentes se encontraba la madre de Feijóo, a la que le reconoció que su hijo era 'un hombre preparado y capaz' que no se dedica 'a prometer el oro y moro'.

Además aprovechó para lanzarle un mensaje a Zapatero. 'Nos llamaron catastrofistas, antipatriotas... La culpa siempre la tienen otros, primero Bush, luego el mundo mundial, luego los bancos', mantuvo. 'Dicen que no pueden hacer nada. Pues si no pueden hacer nada, váyanse', le reprochó al presidente del Gobierno, concluyó.

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