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Reacciones dispares al retorno planeado de Francia al mando integrado de la OTAN

EFE

El retorno condicionado de Francia al mando integrado de la OTAN preconizado por su presidente, Nicolas Sarkozy, suscita la hostilidad de la oposición de izquierdas, la ultraderecha y parte de los centristas, mientras que el partido conservador gobernante, UMP, ha declarado su apoyo al plan del jefe de Estado.

En la cumbre de la OTAN hoy en Bucarest, Sarkozy programó la plena reintegración de Francia a la Alianza para 2009, a condición de que haya progresos en la Europa de la defensa en el segundo semestre de este año, en el que París presidirá la Unión Europea.

Ese retorno se materializaría con motivo de la cumbre del 60 aniversario de la OTAN en 2009, que será organizada por Francia y Alemania a los dos lados de su frontera, en Estrasburgo y Kehl.

Los diputados socialistas presentaron hoy precisamente una moción de censura contra el Gobierno conservador, anunciada hace dos días y abocada al fracaso, que va dirigida contra el plan de "alineación atlantista global" de Sarkozy y su Ejecutivo.

En el texto, apoyado por comunistas y Verdes, advierten de que Francia perdería "su libertad de elección en el mundo" con la vuelta al mando integrado de la OTAN que abandonó en 1966, durante la presidencia de Charles de Gaulle.

Francia quedaría "ligada a una doctrina de bloques que siempre ha recusado", afirma el texto, opuesto también al envío de más tropas a Afganistán y con el que la izquierda quiere denunciar la "peligrosa ruptura" de Sarkozy con "el consenso nacional" sobre los principios de "independencia militar y estratégica" de Francia.

Para el líder centrista François Bayrou, Francia perdería su "independencia y libertad de palabra" con el retorno planeado por Sarkozy en el mando militar integrado de la Alianza Atlántica.

"La vocación de Francia es ser no dócil", afirmó el presidente del MoDem, para quien la "alineación" de Sarkozy con Estados Unidos "no es conforme con la historia" de Francia ni "la voluntad de los franceses".

En los 42 años transcurridos desde De Gaulle decidió sacarla del mando integrado de la OTAN, Francia "ha ganado una libertad de palabra que, por ejemplo, nos ha permitido decir 'no' en el momento de la guerra en Irak", afirmó Bayrou en la emisora "France Culture".

Por su parte, el soberanista de derechas y ex miembro del partido de Sarkozy, Nicolas Dupont-Aignan, reclamó un referéndum sobre el plan de retorno al mando integrado de la OTAN, que sería una "traición flagrante de la 'cierta idea de Francia' a la que Nicolas Sarkozy se declara apegado, eso sí en período electoral".

Para el líder del ultraderechista Frente Nacional, Jean-Marie le Pen, el interés de Francia no radica ni en una OTAN "que es una alineación" con Estados Unidos y su geopolítica "insensata", "ni en una defensa europea que terminaría de destruir lo que aún puede quedar de la soberanía nacional".

En cambio y no sorprendentemente, la conservadora y gobernante UMP expresó su respaldo al plan del jefe de Estado.

"Francia tiene todo que ganar con una normalización de sus relaciones con la OTAN", afirmó el partido en un comunicado.

Esa "normalización" hará posible "el retorno de nuestros oficiales a puestos clave" en el mando, conllevará "un reequilibrio de la Alianza en favor de los países europeos" y permitirá levantar el prolongado "veto tácito" de EEUU a la constitución de una defensa europea, argumentó la UMP.

En una palabra -sentenció- "normalizar hoy nuestras relaciones con la OTAN garantizará nuestra influencia en las decisiones de mañana".

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