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La reducción de jornada podrá ser del 10% al 70%

CCOO cree que el acuerdo tendría cabida en el marco de negociación colectiva

BELÉN CARREÑO

Patente alemana con carrocería española. No se trata de un nuevo prototipo para Seat, sino del proyecto de reducción de jornada que sindicatos y Gobierno están ultimando estos días. Varias son las cuestiones planteadas sobre la mesa. Entre ellas la posibilidad de que la reducción de jornada del trabajador esté en una horquilla de entre el 10% y el 70%, relajando así el criterio actual que exige quitar como mínimo un tercio de la jornada para poder acogerse a esta fórmula.

La propuesta de una reducción de jornada compensada con una prestación del Estado fue lanzada por el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo en el programa televisivo Tengo una pregunta y ha calado rápidamente en el ánimo del Gobierno, que trabaja para ponerla en práctica lo antes posible. El secretario de Acción Sindical de este sindicato, Ramón Górriz, cree que el denominado contrato alemán se podría aprobar dentro del acuerdo marco de Negociación Colectiva (ANC), que también recogería la nueva estructura salarial en las empresas para el próximo trienio. Aunque se han vivido momentos de desencuentro en el proceso de negociación entre patronal y sindicatos, Górriz asegura que se continúan desbloqueando convenios a buen ritmo, lo que permitiría sentarse a seguir negociando el acuerdo para los próximos años.

Precisamente, otro de los puntos a tener en cuenta a la hora de aprobar la medida es la duración de la misma, que para algunas fuentes sindicales debería estar en los 24 meses, en línea con el comportamiento del empleo. Sería, por lo tanto, una medida de carácter extraordinario, lo que se distancia de la etiqueta de reforma laboral con la que algunas voces han asociado la medida. Además, también se discute quién se haría cargo de los costes de la Seguridad Social de la parte de la jornada reducida. CCOO quiere que el empresario abone sólo una parte de esta cuota, (un 20%).

Por otro lado, la medida estaría destinada a todos los sectores de la economía y tendría como requisito fundamental un compromiso de mantenimiento del empleo por parte del empresario, no sólo respecto a los trabajadores que están afectados por la reducción de jornada, sino en general a toda la plantilla.

También se baraja que el pago de la prestación durante la reducción de jornada no se reste del paro cotizado por el trabajador en caso de que éste finalmente sea despedido. Es decir, que el contador de la prestación consumida se quede a cero.

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