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Regreso al Jardín del Edén

Ruta por algunas de las mejores playas con mayor tradición naturista de España.

MIRIAM QUEROL

Para muchos es una filosofía de vida; para otros, una cuestión de estética. Ya sea por liberación mental o, simplemente, porque permite obtener un bronceado sin marcas, el naturismo tiene como aliciente conocer playas paradisíacas en un ambiente de tolerancia. En otras palabras -concretamente en las del ingenioso Woody Allen-: 'Las ventajas del nudismo saltan a la vista'. Tomen nota: les damos algunas pistas para hallar el camino de vuelta al Jardín del Edén.

Playa de Torimbia (Asturias)
Medio kilómetro de playa de arena blanca y fina escondida entre el prado verde asturiano. Hay que pasar el pequeño pueblo de Niembro y luego recorrer a pie poco más de un kilómetro desde el aparcamiento para llegar a la playa. Durante el camino, sorprende el paisaje de acantilados con exuberante vegetación.

Cala de Covachos (Cantabria)
Solitaria, aislada y remota cala situada en Santa Cruz de Bezana, a la que sólo se puede acceder a pie. La fría temperatura del Cantábrico se olvida ante la calidez y quietud de este refugio natural, libre de la masificación de las costas españolas.

Cala Morisca (Barcelona)
A pesar de que el acceso a esta famosa cala es a través de un camino privado alejado del pueblo de Sitges, suele estar bastante concurrida. Muchos bañistas acuden en sus propias embarcaciones. Tiene duchas, servicios y un chiringuito muy popular.

Aguas Blancas (Ibiza)
Una de las playas nudistas más elogiadas de la isla blanca. Es muy estrecha y bastante corta, aunque pasadas unas rocas hay unos metros más de playa. Se encuentra a unos 13 kilómetros de Santa Eulalia, y su acceso se realiza a pie desde el aparcamiento, a unos 200 metros.

Playa de El Saler (Valencia)
El mayor atractivo de esta playa dorada de más de seis kilómetros de largo es que está ubicada en el parque natural de la Albufera, en un entorno de arrozales, carrizos y naranjos. Se encuentra resguardada por dunas y pinares, por lo que sus aguas son especialmente mansas.

Playa de Cantarriján (Granada)
Situada en el límite de Granada y Málaga, a pocos kilómetros de La Herradura, en la costa tropical granadina, esta playa de piedras y fondo marino de gran interés es uno de los tesoros mejor escondidos del litoral andaluz. Hay que dejar el coche en un aparcamiento y bajar una empinada carretera rodeada de pinos en un minibús de la Junta.

Cala Magre (Murcia)
Playa situada en uno de los reductos paisajísticos del Levante, el parque natural de Calblanque. Es de fácil acceso -se puede aparcar cerca de la orilla, hasta donde se llega por un camino sin asfaltar-, a pocos kilómetros de Cabo de Palos. Su arena es dorada y fina y sus aguas son cristalinas.

Playa de los Muertos (Almería)
Situada en el Cabo de Gata, esta playa de un kilómetro, de aspecto lunar, es una de las más sugerentes de todo el parque natural, donde se puede practicar buceo y senderismo -para llegar a la playa hay que caminar unos 20 minutos desde el aparcamiento-. La parte nudista está resguardada en el extremo poniente, frente a un islote.

Playa de Bolonia (Cádiz)
Pasado Tarifa, la extensa playa de Bolonia, meca de naturistas y amantes de playas vírgenes, es uno de los lugares más hermosos del litoral atlántico, donde el viento furioso ha formado dunas móviles que surgen entre pinares.

Maspalomas (Gran Canaria)
Aguas bravas, ideales para la práctica del surf, seis kilómetros de dunas de arena finísima y clima africano que remite al desierto del Sáhara. La riqueza paisajística de este espacio natural es imprescindible. Con o sin bañador.


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