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Dos rehenes podrían haber muerto en el centro judío de Mumbai

Reuters

Comandos indios irrumpieron el viernes en un centro judío de Mumbai y encontraron dos cadáveres que parecían ser de rehenes, dijo el jefe de los Guardias de Seguridad Nacional del país.

J.K. Dutt también dijo a la televisión india que los comandos habían matado a dos extremistas en las operaciones desplegadas en el centro.

"Hemos neutralizado dos terroristas", dijo Dutt. "Además hemos encontrado dos cadáveres. Esos cuerpos parecen ser de rehenes".

Un servicio de rescate israelí dirigido por judíos ortodoxos dijo que su personal enviado a Mumbai para ayudar en el asedio creía que los rehenes del Centro Chabad habían muerto.

"Aparentemente los rehenes no siguen vivos", dijo el servicio Zaka en un breve comunicado citando a su personal en Mumbai. No identificó a los secuestrados ni dijo cuántos podrían haber muerto.

Poco antes, el embajador de Israel en India dijo que creía que unos seis ciudadanos israelíes habían sido tomados como rehenes en el centro, incluyendo un rabino y su mujer.

Muy cerca, tiroteos y explosiones frecuentes también resonaron en el lujoso Hotel Taj Mahal mientras comandos de élite se enfrentaban con un único hombre armado.

Las autoridades han estado tratando de poner fin rápidamente a la crisis de casi dos días de duración en la que han muerto 124 personas y han resultado heridas otras 284.

En un tercer emplazamiento, en el Hotel Trident/Oberoi, los comandos mataron por la mañana a dos extremistas y liberaron a 143 clientes, entre ellos los empresarios españoles Álvaro Rengifo y Antonio de la Joya. Extranjeros e indios bien vestidos, algunos arrastrando sus maletas, salían poco a poco del hotel y eran escoltados a unos autobuses y coches que les esperaban después de su dura experiencia.

Rengifo dijo que llegó a temer por su vida durante los casi tres días que permaneció atrapado, y alabó el operativo de las fuerzas de seguridad indias.

India acusó a "elementos" procedentes de Pakistán del asalto coordinado contra su capital financiera, que pareció diseñado para amedrentar a ejecutivos y turistas extranjeros.

Pakistán dijo que ambos países se enfrentaban a un enemigo común. Instando a Nueva Delhi a no politizar los atentados, acordó enviar a su jefe de inteligencia para compartir información sobre el asalto.

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