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El reino de los lagos

El Parque Natural de Somiedo, en el sur de Asturias, ofrece un espectáculo natural y etnográfico en los cincos valles que forman su territorio, uno de los últimos de España en los que habita el oso pardo.

Carmen V. Valiña

Un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza. Eso es el Parque Natural de Somiedo, un espacio de trescientos kilómetros cuadrados que ofrece al caminante un espectáculo de valles, umbrías y bosques al sur de Asturias, en el linde con la provincia de León. Uno de los últimos refugios del oso pardo, sus lagos y sus singulares valores etnográficos lo caracterizan y lo dotan de atractivas peculiaridades respecto a otros territorios.

Las difíciles condiciones de vida que en su momento imperaron en los cinco valles que forman el territorio de Somiedo han permitido que en él se conserven vestigios de épocas pasadas, hórreos y casonas que siguen dando cuenta, décadas después, del trabajo que campesinos y 'vaqueiros' desempeñaron durante siglos en estas tierras. Lo hicieron en un escenario en el que los bosques cubren casi una cuarta parte del concejo, con predominio de hayedos y robledales. Un lugar en el que sobreviven urogallos y el mayor núcleo de osos pardos de la Península, especies amenazadas a las que aquí se sigue respetando. Esos hombres curtidos trabajaron, en suma, en uno de los ecosistemas de montaña mejor conservados de España y Portugal. Eran vaqueiros que empleaban los pastos de Somiedo durante la primavera y el verano para el aprovechamiento del ganado. Podían recorrer hasta cien kilómetros desde los pueblos de la marina a las brañas de verano, y fueron los artífices de una arquitectura rural típica de la zona de la que todavía se conservan muestras, los 'teitos' o chozos cubiertos de arbustos silvestres.

Si hubiese que mencionar unos puntos de parada imprescindibles en el amplio territorio de Somiedo, sin duda uno de ellos sería el Lago del Valle, el mayor de Asturias, de origen glaciar y a más de mil quinientos metros de altitud. El municipio, de hecho, se caracteriza por presentar un gran número de lagos, la mayoría de pequeñas dimensiones pero ubicados en espectaculares enclaves. Tampoco podemos perdernos una visita a La Peral, al sur del Parque Natural. Este enclave tiene la peculiaridad de ser uno de los últimos pueblos hasta los que todavía se continúan trasladando en verano los vaqueiros de alzada. Otras dos localidades recomendables son Pola de Somiedo, la capital del concejo, y Saliencia, al final del valle del mismo nombre y cerca de la que encontramos algunas de las agrupaciones de brañas más interesantes del entorno. La de la Pornacal, con sus más de treinta cabañas 'de teito', es una de las que no deberían faltar en nuestro recorrido. 


www.somiedo.info


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