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Reino Unido estudia cerrar los colegios en septiembre

El Gobierno británico decidirá a finales de agosto si adopta esta medida

ÍÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Los niños británicos comienzan esta semana sus vacaciones de verano y podría ocurrir que este año duraran más de lo normal. Un grupo de científicos ha recomendado al Gobierno que retrase el inicio del curso escolar en otoño si se produce una pandemia de nueva gripe de efectos graves.

Epidemiólogos del Imperial College de Londres han publicado un artículo en la revista científica The Lancet. En él, sostienen que no abrir los colegios en septiembre podría limitar el número de contagios, lo que permitiría ganar tiempo en la carrera por conseguir una vacuna. Para ello, se basan en un estudio realizado en Francia que llegó a la conclusión de que con los niños en sus casas, el número de contagios se reduciría entre un 13% y un 17%. Si la decisión se tomara en el peor momento de la pandemia, el descenso sería mayor: entre el 38% y el 45%.

El Gobierno, de momento, es poco receptivo a aceptar una medida tan radical. Por un lado, demostraría que podría verse desbordado. Además, el cierre tendría de inmediato efectos contraproducentes como el absentismo laboral. Muchos padres deberían quedarse en casa para atender a los niños. Y hasta una tercera parte del personal sanitario tendría que reducir su jornada por ese motivo en el peor momento posible.

El ministro de Infancia y Escuela Primaria, Ed Balls, dijo ayer que esta posible medida llega 'demasiado tarde' porque el virus en su versión actual ya se ha extendido por todo el país. Sin embargo, mantuvo las opciones abiertas en relación al próximo curso, sobre el que no se decidirá nada hasta finales de agosto.

Liam Donaldson, la mayor autoridad sanitaria de Reino Unido, recordó que un hipotético cierre de centros escolares tiene precedentes recientes que no resultaron muy efectivos. En mayo, los responsables sanitarios cerraron varios colegios en Midlands al iniciarse un brote de virus N1H1. A pesar de la medida, los contagios no se contuvieron.

Las autoridades temen que el impacto de la gripe en otoño ponga a prueba a todo el sistema sanitario durante varios meses. Retrasar la vuelta al colegio durante una o dos semanas tendría efectos perniciosos, pero no dramáticos. Hacerlo durante tres meses sería algo muy diferente.

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