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Repsol salva a Sacyr de caer y busca accionistas menos incómodos

Compra con rebaja el 10% de sus propias acciones a la constructora. La petrolera mexicana Pemex, la china Sinopec y el empresario del sector Demetrio Carceller figuran entre los pretendientes en la adquisición del paquete

S. R. ARENES / A. M. VÉLEZ

Al final, ha tenido que ser Repsol la encargada de solucionar el monumental embrollo en el que se metió su hasta ahora primer accionista, Sacyr Vallehermoso, cuando decidió entrar en la primera petrolera española en 2006, en plenas vacas gordas. Hoy vencía el plazo para que Sacyr refinanciara el crédito de 4.900 millones de euros ligado a la compra del 20% de Repsol y hasta ayer por la mañana no se cerró el acuerdo, que supone un balón de oxígeno para la constructora. La solución, que ha venido fraguándose en las últimas semanas, pasa por que Repsol se quede temporalmente con la mitad del paquete de Sacyr, que esta ha traspasado a los bancos y que la petrolera ha comprado a estos por 2.572 millones.

Ahora, Repsol sondea para colocar ese 10% entre inversores de su agrado. No parece que vaya a conservar mucho ese paquete, que le convierte en la empresa del Ibex con mayor autocartera (hasta ahora era FCC, con el 9,9%), justo en el límite legal.

La venta de Repsol deja a Sacyr un gran agujero de mil millones

Repsol no oculta su satisfacción por el acuerdo. En una nota a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV),señaló que, con él, 'se dota de una mayor estabilidad a la estructura accionarial de la compañía, lo que permite concentrar todos sus esfuerzos en el desarrollo y ejecución de su estrategia, en interés de todos sus accionistas'. La petrolera temía 'una venta masiva y desordenada de títulos' dado 'el gran número de bancos involucrados [38] y la heterogeneidad de sus planes e intereses', y cree que la no renovación del crédito a Sacyr 'habría producido un esce-nario de incertidumbre prolongada' en la constructora, que habría resultado 'dañino para la cotización de Repsol' y habría provocado 'efectos negativos adicionales sobre el proyecto de crecimiento de la empresa'.

En el entorno de Repsol aseguran que hay varios inversores interesados en ese paquete, que ha comprado a 22,175 euros, con un descuento del 5% con respecto a la cotización de ayer y una rebaja del 22% sobre el precio medio que los analistas bursátiles adjudican a la acción de la petrolera. En resumen, la operación es un favor a Sacyr, sí, pero también un buen negocio.

Según fuentes conocedoras de las negociaciones, Repsol podría vender una parte de ese paquete (en torno a un 3%)a Pemex, la petrolera estatal mexicana con la que se alió el destituido presidente de Sacyr, Luis del Rivero, para aumentar su poder en la compañía mexicana y descabalgar a su enemigo, Antoni Brufau, de la presidencia. Sin embargo, desde ayer, esa alianza entre Sacyr y Pemex está rota, lo que deja manos libres a la mexicana, un accionista tradicional de Repsol con el que la petrolera española tampoco quiere asperezas. Si Pemex compra el 3%, lograría hasta cerca del 13% y eso le daría la posibilidad de sumar otro puesto en el consejo de administración de Repsol, añadido al que ya tiene.

Le permite eliminar la mitad del crédito y aplazar tres años el otro 50%

Por otro lado, la china Sinopec, que en los últimos meses ha tanteado la compra de parte del paquete de Sacyr y a la que Repsol ve con buenos ojos (es su aliada en Brasil), podría adquirir en torno a otro 3% o 4%, a un precio inferior al que hasta ahora le pedía la constructora. Otro tercio del 10% podría ir a Demetrio Carceller, propietario de la petrolera canaria Disa y de la cervecera Damm, y que ahora está llevando el timón de Sacyr, junto con el inversor Juan Abelló y el presidente, Manuel Manrique. Carceller, un hombre clave en toda esta historia (su negativa a seguir apoyando a Del Rivero hace dos meses precipitó la caída del ejecutivo murciano), ha puesto el foco en Repsol y baraja intercambiar acciones de Disa (la cuarta petrolera española) por un paquete de Repsol, según fuentes conocedoras de las negociaciones.

A cambio, la constructora salda algo más de la mitad del préstamo contraído para entrar en Repsol y logra que el sindicato bancario extienda el vencimiento del resto del crédito que aún debe (2.447 millones) hasta el 31 de enero de 2015.

Los bancos dieron un ultimátum antes del fin de semana a la constructora

La constructora, que ayer se disparó un 8,3% en Bolsa (Repsol, por su parte, subió un 2,4%), ha intentado desesperadamente colocar ese paquete: se lo ofreció a la china Sinopec, a un fondo de Qatar y a una petrolera latinoamericana, entre otros; pero ninguno estaba dispuesto a dar lo que pedía, cerca de 3.000 millones, casi la parte proporcional a lo que pagó hace casi un lustro. Sacyr había recibido un ultimátum de los bancos: o vendía parte de Repsol o se iba a la suspensión de pagos. La empresa se deja muchos pelos en la gatera. La venta le deja unas minusvalías de cerca de mil millones, o de 940 millones, descontados gastos e impuestos, que hará trizas sus cuentas de este año. Pero evita el mal mayor: la suspensión de pagos. Además, Sacyr logra una cantidad extra que le sirve para engordar su bolsa de dinero para el día a día (tesorería), según fuentes conocedoras de la operación. La refinanciación se firma hoy.

El arreglo, que anunció el propio Antoni Brufau desde Rusia, tiene varias derivadas: hasta que se concrete entrequiénes se reparte ese paquete del 10%, La Caixa (que ya mandaba de facto en Repsol) volverá a ser el primer accionista de la petrolera, con el 12,5%; además, Brufau refuerza su liderazgo en la empresa y su némesis, Luis del Rivero, parece definitivamente neutralizado tras su cese, hace dos meses, al frente de la constructora; su dimisión como consejero de Repsol, comunicada ayer, era una exigencia de la petrolera.

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