Las patrullas australianas de rescate de animales salvajes dijeron el domingo que devolvieron con éxito al océano a un grupo de ballenas piloto, después de que los cetáceos encallaran en las costas de la isla de Tasmania.

Chris Arthur, quien coordinó los esfuerzos de rescate, dijo que 11 de los 64 animales que vararon el sábado volvieron a su hábitat tras un día de esfuerzos, que incluyeron el traslado de los animales a otra playa a través de la carretera.

Los ecologistas afirmaron que era inusual llegar a salvar a un sólo ejemplar después de una desorientación masiva de esas características.

"Hemos liberado con éxito a 11 animales al mar", dijo Arthur a Reuters por teléfono. "El último salió hace menos de 20 minutos", agregó.

Si bien las posibilidades de que los animales vuelvan a quedar varados nuevamente no se puede descartar, Arthur dijo que espera que se unan a otras ballenas piloto en el océano. Algunas ballenas fueron marcadas y se planea realizar un seguimiento aéreo para estudiar su progreso.

"Tuvimos un resultado razonable. Formarán un grupo pequeño. Les hemos dado la mejor oportunidad que tienen", dijo Arthur, encargado regional del servicio de parques y vida salvaje de Tasmania.

Las 64 ballenas pilotos, un tercio de las cuales eran ejemplares jóvenes, fueron halladas el sábado en un tramo de la Playa Anthony en Stanley, en la costa noroeste de la isla, un lugar donde han ocurrido situaciones similares en el pasado.

Este tipo de ballenas son las más pequeñas de su especie, habitualmente su tamaño no sobrepasa los cinco metros de largo, y son oscuras con la barriga gris. Su tamaño es lo que permitió el rescate, según dijeron ecologistas.

Aunque no fue posible salvar a la mayor parte del grupo, un equipo de alrededor de 65 personas luchó durante todo el domingo para trasladar a 12 supervivientes hasta la playa Godfrey, a 17 kilómetros, para devolverlas al océano.

Una ballena resultó muerta durante la operación.