Todos sus números arrojan saldos positivos. La selección española encuentra en la estadística un aliado que constata el gran nivel mostrado en los últimos tiempos por la roja. El gol de Piqué ante Turquía rompió una barrera que nunca antes se había franqueado: diez victorias consecutivas. Antes se había conseguido encadenar nueve partidos ganados, pero nunca se habían alcanzado los dos dígitos.

Otra de las rachas más codiciadas puede igualarse este mismo miércoles. España suma 30 partidos sin perder, sólo uno menos que los que logró la selección de Javier Clemente entre 1994 y 1998. En la igualdad, los datos actuales son aún mejores que los cosechados por el de Barakaldo, ya que en sus 31 partidos hubo 20 victorias y 11 empates.

La racha conseguida entre Aragonés y Del Bosque sólo ha tenido tres empates: Islandia (1-1), Finlandia (0-0) e Italia (0-0), todos con Luis. Curiosamente, la selección de Clemente marcó más goles (63 por 57) y recibió más (17 por 10), algo que extraña si se compara la filosofía futbolística de las dos selecciones.

Durante los cuatro años que duró la racha de Clemente, España no ganó ningún campeonato. La Eurocopa de 1996 se saldó sin derrotas, pero la roja cayó eliminada contra la anfitriona en los penaltis. La deriva triunfal cogida por la selección en los últimos tiempos sí que ha tenido conversión en un título: la Eurocopa del pasado verano.

Los jugadores ya preparan el asalto al récord. Del Bosque preparó ayer una ligera sesión de entrenamiento en Las Rozas, en la que los titulares del encuentro hicieron estiramientos y carrera durante 45 minutos, mientras que los suplentes le añadieron 30 minutos más de trabajo con balón.

Sólo un pequeño susto de Busquets, que tuvo un mal giro sin consecuencias en su pierna derecha, interrumpió la calma. Tras el entrenamiento los jugadores pudieron disfrutar del día libre antes de volver a concentrarse por la noche. Hoy viajan a Estambul.