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Reunión en Barcelona para intentar salvar un pacto para el clima

Reuters

El tiempo casi se acaba para poder romper el 'impasse' en las negociaciones para alcanzar un acuerdo que suceda al Protocolo de Kioto en la cumbre que va a tener lugar en Copenhague en diciembre, advirtieron el lunes la ONU y Dinamarca a los negociadores en la última reunión previa, que comenzó el lunes en Barcelona.

"El reloj casi ha llegado a cero", advirtió Yvo de Boer, director del secretariado de la ONU para el Cambio Climático, a los delegados de 175 países en la sesión inaugural del encuentro que se prolongará hasta el viernes en la capital catalana.

Dado que muchos países están golpeados por la recesión, las negociaciones sobre uno de los tratados internacionales más complejos, que se lanzaron en 2007, están paralizadas. A pesar de ello, De Boer señaló que ve un "enorme deseo" para que Copenhague tenga éxito.

La reunión de Barcelona tendrá que superar las divergencias sobre cómo compartir los recortes en las emisiones de gases de efecto invernadero entre los países pobres y los ricos, así como encontrar maneras de obtener miles de millones de dólares con los que ayudar a los pobres a luchar contra el calentamiento mundial.

La ministra danesa para el Clima y la Energía, Connie Hedegaard, urgió a los delegados a elaborar opciones claras para la cumbre que se celebrará entre el 7 y el 18 de diciembre, y descartó la posibilidad de que el acuerdo pudiera retrasarse varios meses.

"El mundo no puede esperar más. Sé que no es fácil alcanzar un acuerdo ahora. Pero ¿alguno de ustedes cree que será más fácil la próxima primavera, el año que viene o el año después? Sabéis que no va a ser más fácil".

DETALLES

Hedegaard aceptó que no todos los detalles vayan a poder resolverse. "Pero Copenhague debe dar una respuesta coherente y ambiciosa, a corto plazo y a largo plazo para este reto", dijo. "El fracaso es la única cosa que no podemos permitirnos".

De Boer, que ha dicho que ya es imposible que haya un acuerdo totalmente vinculante en Copenhague, afirmó que sigue convencido de que es posible un acuerdo político, y ha pedido que se acuerden cuatro asuntos: los recortes de las emisiones de las naciones ricas, las medidas de las pobres para frenar el aumento de sus emisiones, nueva financiación y tecnología para los países en vías de desarrollo y un sistema para supervisar los fondos.

La Unión Europea ha puesto una oferta encima de la mesa, con condiciones, según la cual los países en vías de desarrollo necesitarían unos 100.000 millones de euros cada año hasta 2020 para ayudarles a afrontar el calentamiento mundial.

En el exterior del recinto ferial, cientos de despertadores fueron colocados en una manifestación de protesta para dejar clara la idea de que el tiempo se acaba para llegar a un acuerdo que ayude a frenar la subida de las temperaturas, las inundaciones, olas de calor, incendios y aumentos del nivel del mar.

"Pedimos a los delegados que acaben con los rumores sobre un retraso del acuerdo", dijo Kim Carstensen, director de la Iniciativa Global del Clima de WWF. "Después de todos estos meses hablando, no pueden salir y decir que fueron solo una charla informal".

Otra protesta de Greenpeace desplegó unas pancartas en las grúas de la Sagrada Familia.

Uno de los mayores problemas es que es improbable que el Senado de Estados Unidos apruebe una ley sobre el recorte de emisiones de su país antes de Copenhague, por lo que otros países ricos podrían no estar dispuestos a anunciar sus recortes sin sabe si Washington lo hará.

Los países en vías de desarrollo, como China e India, piden que los países desarrollados recorten sus emisiones para 2020 en al menos un 40 por ciento sobre los niveles de 1990. Las ofertas encima de la mesa sitúan estos descensos entre el 11 y el 15 por ciento.

Los países más contaminantes son China, EEUU, Rusia e India.

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