Público
Público

La 'Revolución cantada' regresa a las calles de los países bálticos

Jóvenes músicos toman parte en un festival callejero y abrazan la oportunidad para reivindicar el folclore del país

RUBÉN MARTÍNEZ

Hay una banda sonora especial durante estos días en Riga. Jóvenes músicos toman parte en un festival callejero y abrazan la oportunidad para reivindicar el folclore del país y los 20 años del restablecimiento de la independencia. Aquel agosto de 1991 está marcado como uno de los momentos más importantes en la corta pero intensa historia de Letonia y de los otros dos países bálticos, Lituania y Estonia.

La música fue entonces uno de los principales vehículos que ayudó a canalizar y expresar el sentir de la sociedad. A aquella se le llamó la Revolución cantada. Tras décadas de Gobierno soviético, y ante el reto de unificar sus diversificadas y en algún caso rusificadas sociedades, la música se erigió como el nexo de unión perfecto. 'La música es de vital importancia para nosotros. En momentos difíciles siempre ha sido el nexo de unión entre los letones'. asegura la joven Kristine, que disfruta de uno de los numerosos conciertos que llenaron Riga el pasado fin de semana.

A Letonia se le unió el sábado el potente grito de libertad lanzado desde Estonia. El Festival Canción por la Libertad reunió a miles de personas en Tallín, que al son de las canciones nacionales más emblemáticas de estas últimas décadas recordó lo vivido durante la revolución cultural que vivió el Báltico. 'Veinte años atrás, nuestros padres y abuelos se alzaron para lanzar un mensaje claro: ahora nosotros tomamos las riendas. Tenemos que darles las gracias a todos ellos' explica Jaanus Rohumaa, organizador del festival en Estonia. Jaanus también recuerda que 'hubo países que temían darnos su apoyo para reconocer nuestra independencia', algo por lo que Suecia destacó entonces. El país escandinavo fue uno de los países más activos durante el periodo del llamado 'alzamiento'.

Mart Laar, primer ministro estonio entre 1992 y 1994, así lo reconocía: 'La implicación de Suecia fue muy importante porque ayudó a cambiar la percepción que otros países tenían de nosotros. Sin Suecia, no sé que hubiera pasado'. Laar hacía estas declaraciones durante uno de los actos conmemorativos que tuvo lugar en Suecia precisamente, que celebra en 2011 el año Báltico. En él, claro está, la música fue el hilo conductor.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias