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Los ricos son un 30% más pobres

Los grandes accionistas particulares de la bolsa española han visto disminuir en más de 18.000 millones de euros su patrimonio en empresas cotizadas desde que comenzó 2008

BELÉN CARREÑO

El principal peligro de una crisis económica es que “paguen los de siempre”, pero en mayor o menor medida, la factura termina por llegar a casi todos. Que se lo digan a las grandes fortunas españolas, que han visto cómo en lo que va de año sus inversiones en cotizadas languidecían en 18.000 millones de euros. Así, a 31 de diciembre de 2007 la riqueza de 20 grandes inversores ascendía a 57.000 millones de euros (en valor de mercado), un 32% más que a cierre de julio.

La querencia de los ricos por el ladrillo ha sido su principal lastre. Pero, con sólo cuatro valores en positivo en el Ibex (Grifols, Técnicas Reunidas, Unión Fenosa y Mapfre), este año es casi inevitable sucumbir a las pérdidas. Ni siquiera la diversificación de las fortunas en diferentes sectores industriales ha evitado el desastre.

Muchos ricos compraron participaciones significativas (más de un 5%) de cotizadas a finales de 2006, momento álgido del mercado. En aquel momento, el cambio de tratamiento fiscal de las Sicav (Sociedades de Inversión Colectiva) hizo más ventajoso reinvertir las plusvalías (las ganancias) directamente en una empresa y no mediante instrumentos financieros. La motivación fiscal impulsó variopintas tomas de participación con alguna que otra prisa, en compañías que han llegado a perder el 90% de su capitalización, como Astroc o Colonial.

Pero hubo quien supo salir a tiempo del alud bursátil. El mejor ejemplo es Manuel Jové, dueño de Fadesa, por cuya venta a Fernando Martín se embolsó 2.209 millones de euros en plusvalías. Además de iniciar aventuras empresariales en el campo de las energías renovables, reinvirtió gran parte en la compra de un 5% de BBVA, un valor sólido pero que se ha visto penalizado con una caída en bolsa del 30% por la crisis crediticia.

También el inversor indio Ramchad Bhavnani ha acertado con el tempo de sus inversiones. Su salida de Bankinter en noviembre de 2007 le aportó 809 millones de euros y no desaprovechó la posibilidad de entrar  a buen precio en Popular y Renta Corporación. La cotización de Bankinter ha caído más de un 50% desde su marcha.

También se han ido durante 2008, con éxito desigual, los Lara de Metrovacesa, Portillo de Colonial, Amancio Ortega de Aguas de Barcelona, o Félix Abanades (grupo Rayet), el 1 agosto, de Antena 3.

Estas salidas han sido excepciones, muchas de ellas motivadas por opas o cambios de estrategia, ya que la mayoría de estos accionistas deben tener un compromiso de largo plazo (más de tres años) en las empresas en las que han entrado para poder beneficiarse de los beneficios fiscales. En otros casos, la cotizada forma parte del negocio familiar principal y una caída de valor en bolsa no justifica una desinversión.

Mientras tanto, queda capear el temporal con la ventaja adicional de que una menor valoración patrimonial a 31 de diciembre también favorece a la hora de ajustar cuentas con el fisco. Si llega la hora de vender y se incurre en minusvalías, éstas se pueden casar con otras ganancias por lo que de nuevo la pérdida en bolsa puede no serlo tanto.

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