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El rival de Karzai denuncia un fraude electoral masivo

Abdullah Abdullah asegura poseer pruebas de la manipulación de los resultados

MAR CENTENERA

A lo largo de toda la carretera que serpentea por el valle del Panjshir puede escucharse el fiero sonido del río que le da vida. Pero estos días otro rumor de fondo reverbera en sus aldeas: la posible victoria del doctor Abdullah Abdullah en los comicios presidenciales. Aunque los sondeos previos a la votación pronosticaban el triunfo del presidente Hamid Karzai, los panjshiris creen al que consideran su líder y repiten como un mantra: 'Karzai sólo ganará si hay fraude'.

El propio Abdullah convocó ayer una rueda de prensa en Kabul para afirmar que posee pruebas de un fraude electoral masivo para arrebatarle la victoria.

El control policial y las fuertes medidas de seguridad de Kabul menguan a medida que uno se adentra en el norte del país y se acerca a la cuna de la resistencia afgana. El León del Panjshir, Ahmed Sha Masud, considerado el comandante más venerado por los afganos, dirigió desde aquí a las fuerzas que combatieron a soviéticos y talibanes, antes de ser asesinado sólo dos días antes del 11-S. Pero tras la caída del régimen talibán, los panjshiris guardaron las armas que habían sido sus compañeras inseparables y la región se convirtió en una de las más pacíficas y seguras de Afganistán.

Esa seguridad permitió que, a diferencia de las violentas provincias del sur, la población de este valle acudiese a votar en masa el pasado 20 de agosto. Su entusiasmo tenía además otro motivo. Mientras en las elecciones de 2004 el medio millón de tayikos panjshiris se sentían abandonados por el Gobierno interino de Karzai, y huérfanos de su líder legendario, la candidatura de Abdullah les ha devuelto parte del orgullo perdido.

Una gran imagen de Masud da la bienvenida al valle y otras fotografías suyas a gran escala están diseminadas por doquier. Pero, mucho más pequeños, los carteles electorales de los hijos políticos del León del Panjshir cubren señales de tráfico y tiendas. Por un lado, Abdullah, quien fue su portavoz, consejero y confidente. Por el otro, Abdul Qasim Fahim, elegido como el sucesor del comandante y aliado de Karzai.

'Cuando votamos a Karzai hace cinco años sólo había guerra en Helmand. Ahora se ha extendido por casi todo el país. El presidente ha fracasado, así que tiene que dejar paso a nuestro líder, el doctor Abdullah', afirma Mohamed Ajan, un funcionario local.

'Lo único que ha hecho Karzai es llenarse los bolsillos y hacer negocio vendiendo Afganistán a los norteamericanos', se suma a la conversación Malang, quien regenta un ultramarinos. 'Tampoco Fahim piensa en nadie más que en sí mismo. Se ha construido una mansión enorme en Panjshir y tres o cuatro casas más en Kabul. Él no es como Masud', añade el tendero de grandes ojos verdes.

Si Karzai gana con más del 50% de los votos el resultado no será aceptado por Abdullah ni por sus seguidores tayikos. 'Si gana así habrá problemas', prevé Ahmad Wali Masud, hermano del León de Panjshir y asesor de Abdullah. 'Estamos en un momento muy crítico en el que el Gobierno de Karzai, con la colaboración de la dependiente Comisión Electoral, está manipulando las urnas y cometiendo un fraude masivo, muy superior, por ejemplo, al de Irán', explica en una entrevista con Público.

'Estamos esperando a los resultados, pero si no son creíbles, tendrá que haber otra elección', advierte Wali Masud. 'La comunidad internacional ha invertido ocho años en este país y el presidente actual los ha desaprovechado. Nos hablan de democracia y de libertad, pero Karzai, el mismo que está orquestando este fraude sin parangón, es un producto suyo', agrega. Su opinión se repite de boca en boca por todo el valle del Panjshir. Y las aguas del río se agitan inquietas.

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