'Somos conscientes de la dificultad del momento, pero este paso nos ha permitido reordenar con eficacia nuestros negocios y nuestros recursos'. Con estas palabras, Jacinto Rey, el presidente de Inmobiliaria San José, dio paso ayer a su debut bursátil en el parqué.

La salida a bolsa se produce después de varios intentos de fusión con su filial Parquesol. Finalmente, el pasado viernes, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dio luz verde al estreno de la matriz en el parqué.

Con la decisión, la inmobiliaria contribuye a desempolvar el estancado mercado español de salidas bursátiles, tras la reciente inorporación de Zinkia. Como hizo la productora de Pocoyó, San José cerró su debut con subidas. En concreto, las acciones subieron un 5,13%.

Pero su aparición en el parqué llegó con una sorpresa debajo del brazo: la salida del vicepresidente de la empresa, Guillermo Mesonero Romanos, que es sustituido por el hijo del presidente, Jacinto Rey Laredo. Mesonero Romanos había pactado hace tiempo con Jacinto Rey padre su marcha en cuanto se materializara la salida a bolsa y el acuerdo en la Operación Chamartín. La operación estrella de la compañía llevaba años estancada y ahora parece ver la luz. 'Sólo queda el desarrollo del plan parcial, que llevará entre seis meses y un año', dijo ayer el consejero delegado, Miguel Zorita.

Con el nombramiento de su hijo, Rey refuerza el peso familiar en San José, empresa que controla desde que hace treinta años se hizo con el 65% de la constructora fundada por José María Sánchez Rivas y otras familias gallegas.

Fue Sánchez Rivas quien convenció a Jacinto Rey, entonces profesor de Matemáticas en un colegio de Pontevedra, para que le llevara la contabilidad de la empresa en la que luego dio un golpe de mano. Los Sánchez Rivas controlan aún en torno a un 14% de la constructora.

De cara al futuro, el grupo apuesta por la construcción internacional, 'pero seremos muy selectivos con los proyectos', advierte Zorita.