El presidente francés, Nicolas Sarkozy, restó importancia el jueves a las sugerencias de que la decisión de su colega estadounidense Barack Obama de no asistir a la cumbre con los lideres de la Unión Europea era un desaire a los Veintisiete.

La decisión de no asistir a la cumbre del 24 y 25 de mayo en Madrid ha sido ampliamente considerada un revés diplomático para Europa, reflejando la frustración estadounidense con las poco manejables instituciones de la UE.

Los diplomáticos de la UE han dicho que la reunión probablemente cayera en saco roto si Obama no asistía, pero Sarkozy restó importancia a las habladurías de una disputa diplomática e indicó que el encuentro se celebraría en una fecha posterior.

"Ni siquiera entiendo la controversia", dijo en rueda de prensa en París tras encontrarse con la canciller alemana Angela Merkel.

"¿Qué importa si la cumbre Europa-Estados Unidos tiene lugar en noviembre en lugar de en mayo? ?Dónde está el drama? ¿Es realmente un problema en el mundo estos días?", dijo.

"¿Quiere saber lo que pienso? Hay demasiadas cumbres. Hay demasiado movimiento. Hay demasiado tiempo perdido", añadió.

Si no hay cumbre en mayo, se interpretará probablemente como un revés a los esfuerzos de la Unión Europea para desempeñar un papel más importante en la escena mundial tras la designación de un presidente del Consejo de Europa y un responsable de política exterior.

Los dos nuevos cargos entraron en vigor a principios de año bajos los términos del Tratado de Lisboa. Sin embargo, algunos funcionarios se han quejado de que los cambios sólo han complicado las líneas de mando en la compleja maquinaria de la UE.