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Sarkozy también se prepara para la batalla de las pensiones

El Gobierno francés intentará mañana imponer la reforma de las jubilaciones

ANDRÉS PÉREZ

El presidente Nicolas Sarkozy celebra mañana lunes una cumbre social en el Palacio del Elíseo. Una reunión de sindicatos, patronal, Gobierno y expertos que está oficialmente prevista sólo para determinar la 'agenda social'.

En realidad, todas las lenguas se han desatado ya sobre lo que va a ser en las próximas semanas el choque determinante de la agenda política. Sarkozy quiere acelerar la reforma del generoso sistema de pensiones francés. Enfrente se encontrarán a la mayoría de los sindicatos, que están seguros de poder movilizar a los ciudadanos, en una batalla que recuerda en cierto modo a la polémica vivida en España tras el anuncio del Gobierno de proponer un retraso de la edad de jubilación de 65 a 67 años.

El caso francés es sin embargo distinto. Pese a las sucesivas reformas del sistema público de jubilaciones impulsadas por la derecha desde 1993, los franceses conservan la edad legal de jubilación a los 60 años, por debajo de la de la mayoría de los países europeos, y una 'tasa de sustitución' (nivel de pensión respecto al último salario) que se eleva a más del 70% en promedio aún hoy.

La razón de estas buenas condiciones de jubilación es que, pese a que los sucesivos Gobiernos aprobaron reformas en 1993, de 2003 y de 2007, la realidad es que eso ocurrió sólo con acuerdos obtenidos tras meses de fuertes pulsos huelguistas, en los que los asalariados arrancaron concesiones. Además, otra de las reformas gubernamentales de la derecha francesa, la de 1995, fue enviada directamente al basurero por casi un mes de huelga general.

Esta vez las cartas vienen marcadas. Nicolas Sarkozy ha dicho que está dispuesto a 'examinar todas las posibilidades' para financiar las jubilaciones, que no habrá una reducción del nivel de las pensiones, y que nadie tocará el sistema por solidaridad entre las generaciones.

No obstante, varios de sus colaboradores y en particular su ministro de Trabajo, el fiel Xavier Darcos, han tenido que ser más precisos. El miércoles pasado, el responsable directo del proyecto dijo por televisión que 'no es que vayamos a tocar la edad legal de la jubilación, pero lo que sí sé es que de todas formas habrá que trabajar más, y que el cursor de la edad de la jubilación es forzosamente móvil, y sin duda va a haber que cambiarlo'. Y apostilló: 'Que nadie dude de eso, y quienes hacen como si creyeran que hay otra solución, pues bien, que me las presenten. Esto no es una cuestión ideológica, sino un problema objetivo: el envejecimiento acelerado de la población'.

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