La Seguridad Social cerrará este año con un superávit de unos 4.000 millones de euros, cifra que representa el 0,4 por ciento del PIB, según ha afirmado hoy el director de la Tesorería General, Javier Aibar, quien ha insistido en la solvencia del sistema en el presente y a medio plazo, hasta 2030.

Aibar, que ha ofrecido una conferencia sobre la financiación del sistema de Seguridad Social en el Colegio de Graduados Sociales de Málaga, ha manifestado a los periodistas que en la actualidad el superávit asciende a 10.070 millones de euros, aunque se reducirá a unos 4.000 millones con el pago "doble" de la pensión y la extra de diciembre.

Esta cantidad supone la mitad que en 2009, cuando las cuentas de la Seguridad Social arrojaron un saldo positivo de 8.501,83 millones, el equivalente al 0,8 por ciento del PIB.

Para 2011, Aibar ha pronosticado una cifra similar de superávit, y ha explicado que el sistema cuenta con un fondo de reserva de 64.000 millones que permite afrontar el futuro "con tranquilidad".

En la actualidad, existen 2,6 cotizantes de media por pensionista, un nivel "óptimo", medio punto superior al que aconsejan las organizaciones internacionales -2,1-, promedio que descendió durante la crisis de mediados de los años noventa, ha indicado.

El director general de la Tesorería de la Seguridad Social ha asegurado que el sistema es "muy estable" y "muy solvente", en el que "tiene que confiar la población".

Al ser preguntado si recomienda la suscripción de planes de pensiones privados, Aibar ha dicho que aconseja que los ciudadanos confíen en el sistema público de pensiones, y ha añadido que si alguien quiere contratar este producto, "es correcto, está dentro de lo razonable".

Aibar ha reprochado que haya empresas que publicitan planes privados de pensiones "criticando el sistema público de pensiones", ya que eso es "un error" puesto ambos son "perfectamente compatibles".

"Regularmente -ha referido- se oyen comentarios que están fuera de la realidad" en torno a la viabilidad del sistema público, y ha recalcado que éste "nunca ha estado en quiebra, siempre ha sido viable", por lo que "no hay que desconfiar".

Los retos que debe afrontar el sistema en los próximos años son la baja natalidad, que supondrá una "merma de ingresos que habrá que corregir", el incremento del número de pensionistas y de la esperanza de vida, ha apuntado.