Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social, es el responsable de un organismo que tiene presupuestado gastar este año 107.000 millones (de los que 93.000 millones son para las pensiones contributivas y otros 2.000 millones son para pensiones asistenciales). La crisis está afectando a sus ingresos, inicialmente previstos en 116.000 millones; los que proceden de las cuotas de los ocupados caerán un 5%, aunque las cotizaciones de los desempleados crecerán un 35%. Granado defiende vehementemente la situación financiera de la Seguridad Social, que es 'la institución española más solvente', y defiende la conveniencia de hacer reformas con la vista puesta en las pensiones de dentro de veinte años.

¿Habrá superávit en la Seguridad Social este año, o no, como prevé el Banco de España?

Nuestra previsión es que el desfase entre ingresos y gastos se traduzca al final en un superávit de unos 5.600 millones. Son 3.000 millones menos que lo previsto inicialmente, pero seguimos teniendo cuentas en positivo, sobre todo porque hemos adoptado muchas medidas para tener más ingresos y menos gastos con los mismos afiliados. Hemos conseguido que la edad real de jubilación aumente: en estos momentos está en 63 años y nueve meses, una de las más altas de Europa, lo que se traduce en menos gasto para el sistema.

¿También habrá superávit en 2010?

El presupuesto de la Seguridad Social lo estamos configurando ahora. Para cerrarlo es indispensable conocer el objetivo de inflación o las previsiones de crecimiento de la población activa. Pero nosotros no prevemos que el superávit se convierta en déficit tampoco el año que viene. Entre otras cosas, porque las medidas de control que se han puesto en marcha tienen un escenario temporal de implantación progresiva.

¿Entonces existe la necesidad 'imperiosa' de hacer reformas en el sistema de pensiones, como dice el gobernador del Banco de España?

A corto plazo no existe ningún riesgo. Esto es algo que sabe el Banco de España. Pero es verdad que cuando te trasladas a un horizonte temporal (y nosotros estamos haciendo ya proyecciones hasta el 2060), se ve que va a llegar un momento en España en que la gente que se jubile fue la que nació a finales de los sesenta y principios de los setenta, momento en el que las tasas de natalidad eran muy elevadas, y que estén trabajando las personas que nacieron después de 1977, cuando las tasas de natalidad cayeron abruptamente. ¿Cómo se corrige eso? Aumentando la tasa de ocupación femenina, con los flujos migratorios, y con medidas de aseguramiento del sistema de Seguridad Social. ¿Estas son reformas para el año que viene? ¿La Seguridad Social necesita reformas para la crisis? No, la Seguridad Social necesita reformas para conseguir que dentro de 20 años su situación sea tan buena como la que tiene ahora. En estos momentos, la Seguridad Social es la institución económica más solvente de España, tanto pública como privada.

¿Una de esas medidas es elevar la edad de jubilación?

Los países que han cambiado la edad de jubilación de los 65 a los 67 años son países donde la edad real de jubilación es de 60 años. Realizan esa reforma para que la edad real aumente en dos años. Nosotros tenemos un sistema en el que a los 65 años se jubila fundamentalmente la gente que hace trabajos manuales mientras que los que hacen trabajos intelectuales se jubilan antes. Nos parecería muy injusto tener que decir que alguien que se jubila a los 65 lo haga a los 67 porque somos incapaces de frenar que las empresas prejubilen trabajadores. Y lo que hemos hecho es trabajar sobre la jubilación anticipada, porque nos parece mejor sistema que sobre la edad legal.

Frenar las prejubilacioens es una de las propuestas de Fernández Ordóñez.

Eso está muy bien. Está muy bien que lo diga el gobernador porque el Banco de España ha hecho un abuso de las jubilaciones anticipadas. Cuando suprimió las oficinas provinciales, la mayor parte de la plantilla fue enviada a la jubilación anticipada. Nosotros lo que decimos es que tenemos que intentar buscar formulas flexibles para que esas personas a las que se jubila anticipadamente permanezcan en el mercado de trabajo, incentivando que haga jornadas parciales o reducidas. Yo sigo pensando que este reequilibrio del sistema pasa por que se trate mejor a la gente que es despedida en el último tramo de su vida y lleva mucho tiempo cotizando sobre bases muy altas, a base de repartir de forma más solidaria y razonable lo que es el cálculo de la pensión en relación con lo que uno ha aportado. Esto no significa hacer recortes y naturalmente hay que seguir siendo solidarios con las situaciones de incapacidad, viudedad etcétera. El país va a gastar más en política social y ese mayor gasto hay que repartirlo de forma más justa.

¿El Gobierno se plantea que las pensiones se ajusten también cuando la inflación va a la baja?

Tenemos un stock de pensiones muy bajas y hemos hecho un esfuerzo considerable para garantizar que la mayoría se sitúa por encima del umbral de pobreza. Antes de comenzar a discutir cómo hay que revalorizar las pensiones, tendríamos que conseguir que en España nuestro nivel de pensiones fuera un poco más elevado. Creo que nuestras revalorizaciones de pensiones siguen siendo válidas y razonables.

La reacción del ministro Corbacho ¿no ha sido exagerada?

No. Ha sido absolutamente proporcional al impacto que habían tenido las declaraciones del gobernador. En España, éste es un tema muy sensible.

¿Qué pasaría si hubiera déficit en la Seguridad Social?

En los noventa hubo déficit en la mayor parte de los años. Todos sabemos que lo preocupante no es que haya un año de déficit; casi con los rendimientos del Fondo de Reserva bastaría para compensarlo. Pero Rajoy dice que está en riesgo el sistema de pensiones. Aquí ha habido por parte del PP una utilización abusiva del asunto, una tergiversación bastante consciente. Y el ministro tiene la obligación moral de dirigirse a un colectivo de ocho millones de personas que se asustan. Yo creo que Rajoy lo que quiere dar es una sensación de que la situación es de emergencia. Y es un intento carente de sentido.Aquí tenemos todos clarísimo que hay que hacer reformas. Somos el único gobierno en la historia de España que ha hecho reformas cuando las cosas estaban bien, en el momento de mayor superávit de la Seguridad Social, y vamos a seguir haciéndolas.

Aunque continúe la crisis, ¿los pensionistas verán actualizadas sus pensiones?

Naturalmente.

¿Y las pensiones mínimas subirán más?

Nosotros tenemos un compromiso electoral y vamos a cumplirlo.

¿Ha incumplido el PP el compromiso del Pacto de Toledo de no utilizar las pensiones como arma electoral?

La gran ventaja del Pacto de Toledo es que ha marcado un norte y ha permitido que el sistema de pensiones no tenga los vaivenes que tiene la reforma del sistema educativo o del sistema sanitario. Un sistema de pensiones se basa en la confianza. Y esa es la gran ventaja del Pacto de Toledo. Y cuando se está extendiendo la desconfianza se está haciendo que el sistema funcione peor. Yo agradecería que con la Seguridad Social no se juegue a eso. Cuando se dice que está en riesgo el sistema de pensiones, o cuando se dice la absoluta necedad, como ha dicho Rajoy, de que tiene que ganar mi partido para garantizar el cobro de las pensiones, realmente se está incumpliendo el espíritu del Pacto de Toledo.