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Serbia somete su camino europeo a plebiscito en unas ajustadas presidenciales

EFE

Un ultranacionalista afín a Rusia, Tomislav Nikolic, y un reformista pro europeo, Boris Tadic, medirán sus fuerzas mañana en la segunda vuelta de las presidenciales, consideradas cruciales para la futura orientación política de Serbia y dominadas por la posible independencia de la provincia de Kosovo.

Nikolic, del opositor Partido Radical Serbio (SRS), se impuso en la primera vuelta, el pasado día 20 de enero, al obtener el 39,9 por ciento de los votos, frente al actual presidente Tadic, líder del Partido Democrático (DS), con el 35,4 por ciento de apoyos.

Según los pronósticos, la disputa el domingo será reñida y el futuro presidente ganará por poca diferencia de votos. Es posible incluso que, ante lo incierto del resultado, los datos no se publiquen hasta el final del recuento de la última papeleta.

También se prevé una alta afluencia a las urnas, superior a la de más del 60 por ciento registrada en la primera vuelta, algo sólo visto en Serbia en las elecciones del año 2000, cuando fue derrotado Slobodan Milosevic, quien gobernó durante la década pasada de guerras y bloqueo internacional del país.

La esperada alta afluencia se explica ahora por el ambiente de plebiscito que imponen estas presidenciales, en las que se decide si Serbia seguirá por el curso pro europeo tomado tras la caída de Milosevic.

Las elecciones en Serbia se celebran cuando los albano-kosovares ultiman los preparativos para proclamar de forma unilateral la independencia de Kosovo, que según esperan será reconocida por EEUU y muchos países europeos, pero que Serbia rechaza con vehemencia.

La popularidad del pro ruso Nikolic ha ido en aumento junto con las reticencias que han surgido en Serbia en los últimos meses hacia la Unión Europea (UE) ante la postura favorable de muchos de sus miembros a la posible independencia de Kosovo, y con la creciente afinidad a Rusia, que se opone a esa soberanía.

Nikolic, antiguo aliado en el poder de Milosevic, tiene ahora, además, un gran motivo para capitalizar la ventaja de la primera vuelta y derrotar a Tadic, quien triunfó ante el mismo rival en las presidenciales del 2004.

Tadic insistió durante la campaña que Serbia está en una encrucijada y que "debe optar entre dos caminos: uno que lleva hacia una vida mejor y las integraciones europeas y otro, de alejamiento de Europa, que lleva al aislamiento, el pasado y la incertidumbre".

Ese candidato recalcó que "nunca aceptaría la independencia de Kosovo" pero que tampoco renunciará al curso pro europeo de Serbia que "no tiene alternativa".

Nikolic, a su vez, negó ser un antieuropeo al indicar que Serbia tiene que "caminar por dos vías", tanto el europeísta como el ruso.

"El primer camino, hacia Rusia, está totalmente abierto, y el otro, hacia la UE, tiene muchos obstáculos", dijo.

"¡Que eliminen los obstáculos, porque no queremos inclinarnos! Que las puertas de Europa también para nosotros sean de dos metros, y no de uno", indicó, e insistió en que "Serbia quiere a la UE, pero como un país orgulloso, íntegro, con Kosovo dentro de sus fronteras".

Nikolic también intentó atraer los votos de los "perdedores de la transición", a los que agrada oír acusaciones contra el gobierno -del que forma parte el partido de Tadic-, por el bajo nivel de vida, la poca lucha contra la corrupción, una privatización que a veces ven como venta masiva de las riquezas nacionales y por las grandes diferencias sociales entre los pocos enriquecidos y la mayoría que apenas cubre los gastos elementales.

El primer ministro, Vojislav Kostunica, no apoyó a ninguno de los dos candidatos en la segunda vuelta y dejó la decisión a los votantes, aunque se esperaba su respaldo a Tadic ya que los partidos de ambos comparten la coalición en el poder.

Muchos analistas consideraron que el apoyo de Kostunica podía ser decisivo para el resultado de las elecciones.

Kostunica había condicionado su apoyo a Tadic a que este renuncie a la firma de un acuerdo de estabilización y asociación con la UE si ésta decide enviar una misión policial y civil a Kosovo, que ve como una violación del derecho internacional y un reconocimiento de la independencia de la provincia serbia.

Según Tadic, la lucha por Kosovo y el camino hacia la UE son dos asuntos separados, porque en Europa hay países que no reconocerán esa independencia unilateral.

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